Puede que en la calle haga un frío helador, pero la alegría y el brillo de la temporada festiva de Ámsterdam mantendrán a todos abrigados. De noviembre a enero, la ciudad se llena de vida con luces centelleantes, animados mercados navideños, conciertos, obras de teatro y fiestas, mientras el aroma del vino caliente y los oliebollen, los buñuelos de azúcar holandeses, flota en el aire.