Salud
Siete causas de la infertilidad que son muy fáciles de cambiar
Existen factores ambientales y de estilo de vida que afectan a la capacidad reproductiva, tanto del hombre como de la mujer, pero son modificables
La infertilidad es un problema creciente en el mundo. Se estima que su incidencia se da en una de cada siete parejas en edad reproductiva en países desarrollados y en una de cada cuatro en los países en vías de desarrollo.
La incertidumbre sobre la fertilidad normalmente gira sobre la mujer, pero hasta en un 40 % de los casos las razones por las que una pareja no puede concebir se deben a problemas relacionados con el hombre. En el caso de ella, existen varias razones que pueden generar una mayor dificultad para concebir, como la reserva ovárica, la regularidad del ciclo menstrual, obstrucciones en las trompas de Falopio y otras enfermedades como la endometriosis o el síndrome del ovario poliquístico.
Sin embargo, la infertilidad puede estar afectada por el ambiente y el estilo de vida. La plataforma de análisis de sangre Melio explica siete de estas causas que afectan a que una pareja no logre concebir. Recuerdan también que tras varios meses intentado lograr el embarazo deseado, es importante realizar una evaluación: hablar con un médico especialista o un seguimiento de salud puede ayudar en casos en que sea necesario un tratamiento específico.
1. Tanto la obesidad como el bajo peso están relacionados con problemas de fertilidad.
El efecto del Índice de Masa Corporal (IMC) en varones en relación con la fertilidad no está bien establecido, aunque los hombres con sobrepeso u obesidad podrían presentar infertilidad a través de alteraciones endocrinas, sexuales y cambios en la temperatura testicular. No obstante, las mujeres con sobrepeso y obesidad presentan, entre otros problemas de salud, dificultades para concebir. Estas tienen un mayor riesgo también de que sus hijos sufran enfermedades al nacimiento. En estos casos, la pérdida de peso aumenta la frecuencia de la ovulación y mejora la concepción de manera natural.
En el extremo contrario, las mujeres con un IMC bajo (≤ 18.5 kg/m2) pueden presentar problemas relacionados con la ovulación y alteraciones en el desarrollo del endometrio –la capa interna del útero, donde se implanta el embrión–. La fertilidad en estas mujeres habitualmente mejora con la ganancia de peso, aunque puede ser necesario algún tiempo para recuperar la función reproductiva normal.
2. Algunas dietas se asocian con un menor riesgo de presentar alteraciones en la ovulación.
Patrones dietéticos saludables, ricos en grasas monoinsaturadas, con alto porcentaje en proteínas de origen vegetal e hidratos de carbono de bajo índice glucémico, así como aquellos que evitan la hipercolesterolemia –el aumento del colesterol en sangre– están relacionados con un mayor éxito en la concepción.
3. El consumo de alcohol disminuye la fertilidad en hombres y mujeres.
El alcohol está desaconsejado durante el embarazo porque tiene efecto teratogénico (puede causar malformaciones fetales) y no existe un nivel seguro de alcoholemia para el feto.
Sobre la fertilidad, el mecanismo no está tan definido, pero, las mujeres que consumen alcohol de manera habitual tardan más en quedarse embarazadas y son con más frecuencia infértiles. La explicación fisiológica a este problema es que el consumo de alcohol aumenta la concentración de estrógenos reduciendo la secreción de FSH (hormona folículo estimulante) e impide la ovulación.
4. El tabaco.
Su consumo tiene un efecto negativo sobre la fertilidad tanto en hombres como en mujeres debido a la presencia en el humo de metales pesados, hidrocarburos policíclicos, nitrosaminas y aminas aromáticas. En las mujeres altera todas las fases y funciones reproductivas, desde la ovulación a la implantación del embrión; y en hombres altera la producción, movilidad y morfología de los espermatozoides.
5. El sedentarismo se asocia con la infertilidad en ambos sexos.
El deporte realizado de manera regular mejora la calidad del esperma, aunque existen algunas excepciones como el ciclismo, que debido al aumento de temperatura que se produce en los testículos, disminuye la calidad de los espermatozoides.
Por otra parte, el consumo de testosterona o esteroides anabolizantes, cada vez más extendidos entre deportistas aficionados, alteran el eje de las hormonas sexuales y pueden llegar a inhibir completamente la espermatogénesis, produciendo infertilidad. En la mujer pueden hacer desaparecer los ciclos menstruales.
6. El estrés y el cansancio.
Los problemas emocionales, el cansancio y el estrés intenso también repercuten sobre la fertilidad de manera negativa disminuyendo la libido, adoptando un estilo de vida menos saludable y en casos de enfermedades psiquiátricas severas como la depresión, reduciendo los niveles de testosterona y alterando la producción espermática en el hombre.
7. El contacto con sustancias tóxicas.
Algunos factores ambientales como tóxicos y productos contaminantes presentes en nuestro día a día disminuyen la fertilidad. Entre los tóxicos conocidos se encuentran algunos componentes de productos de limpieza, metales pesados, pesticidas y, posiblemente, el bisfenol A -BPA, un producto químico que se puede encontrar en plásticos y envases, entre otros productos.