Día de la Madre
Madres del siglo XXI: al galope entre la crianza y el trabajo
La cineasta Carla Simón dijo que hoy se anima a darle todo a un hijo: «que sea una crianza como la de nuestras abuelas, pero currando igual que tu madre»
Cuando A. Fernández se quedó embarazada de su primera hija, que tiene ahora siete años, pensó que su maternidad sería como la había visto de su madre. «Siempre estaba dispuesta para nosotras». Que había que llevar a las dos hermanas a sus clases particulares, su madre era la encargada. ¿A un cumpleaños, a una excursión del colegio, a comprar lo que hiciese falta? Era su madre la encargada.
En su cabeza, el plan, antes incluso de ser madre, era trabajar por la mañana y dedicar la tarde a sus hijos, pero la realidad se impone y como ella dice «luego vienen los peros». «Si quieres darle cosas buenas a tus hijos y un capricho de vez en cuando hay que trabajar, y eso significa no estar con ellos», explica Fernández.
Ante la pregunta de si ahora las mujeres crían como lo hicieron sus abuelas, su respuesta es un no rotundo. ¿Y cómo sus madres? La directora de cine Carla Simón dijo en una entrevista que hoy se anima a darle todo a un hijo: «que sea una crianza como la de nuestras abuelas, pero currando igual que tu madre».
No podemos criar 24/7 y ser la profesional más exitosa de tu campoPsicóloga perinatal
Esta misma cita es recordada por Paola Roig, psicóloga perinatal cuando responde a cómo ha cambiado la maternidad en tan pocas generaciones. El escenario ideal, explica, sería que «pudiésemos recoger con amor todo lo que nuestras madres nos han dado, incorporarlo, y cambiar lo que no encaja o nos hizo daño».
Mientras que las abuelas de hoy dedicaron su vida al hogar y a sus hijos haciendo de ello su trabajo a jornada completa, las madres de los 80 y 90 irrumpieron en el mercado laboral. «El discurso cambia a `deja a tu bebé cuanto antes en la guardería y vete a trabajar´», analiza la psicóloga. Las madres del siglo XXI se han visto en la tesitura de tener que priorizar, elegir y sacrificar. Un sacrificio que Roig define como parte de la vida misma y que incluye tanto al padre como a la madre.
«Queremos las dos cosas y ahí radica el problema. No podemos criar 24/7 y ser la profesional más exitosa de tu campo», dice la psicóloga. El reto de esta generación será encontrar el punto medio entre la mujer y la madre. No hay secretos ni fórmulas mágicas para la conciliación. Roig lo compara con un quesito del Trivial: «encontrar el equilibrio entre la mujer, la compañera, la amiga, la profesional y la mamá»; pero para cada una tendrá que ser de una manera. «Nos cuesta entender que lo que funciona a la vecina no te tiene porque funcionar a ti», apunta.
Hay mujeres que deciden quedarse en casa y dedicarse al cuidado de sus hijos, y otras que no pueden ni planteárselo. Y hay madres que dicen querer tener más hijos, pero no pueden. Un informe del Observatorio Social La Caixa se propuso analizar la brecha entre la fecundidad deseada y la verdaderamente lograda. Si en España, las mujeres tienen una media de 1, 23 hijos, cuando en realidad muchas querrían tener dos o más. Como causante de este fenómeno, el estudio encontró que el retraso en formar una pareja estable, la inestabilidad laboral y la falta de apoyo para conciliar hace que la tasa de fecundidad sea tan baja.
La madre de hoy tiene 32 años cuando da a luz a su primer hijo. En 1978, habría tenido 25 y en 1990 habría tenido 2,54 hijos, según datos del INE. Abuelas, hijas y nietas se miran, orgullo y recelo a partes iguales, por todo lo que han conseguido unas y por lo que otras tenían antes. Todas han sido y son madres, pero los retos de sus crianzas han seguido el devenir del paso del tiempo y han cambiado de acuerdo al ritmo de su propia vida.