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Un bebé entre sus padresPexels

¿Tener hijos te hace más feliz?: la paradoja por la que se pierde bienestar pero se gana en satisfacción

«La experiencia de la paternidad y la maternidad puede llevar incluso a una forma profunda de bienestar llamada bienestar eudaimónico», explican Trudy Meehan y Jolanta Burke

La paradoja de la paternidad: los padres viven una reducción de su bienestar con la llegada de un hijo, pero aun así encuentran la felicidad y la satisfacción en la vida. Un bebé supone una reducción del sueño, de las comidas o de tiempo de ocio; algo que podría llevar al descontento, pero no lo hace.

«La experiencia de la paternidad y la maternidad puede llevar incluso a una forma profunda de bienestar llamada bienestar eudaimónico», explican Trudy Meehan y Jolanta Burke, del Centre for Positive Health Science de la Universidad , que continúan su artículo en The Conversation: «Se trata de la sensación de haber vivido una vida que merece la pena, que es distinta de la felicidad a corto plazo».

Este bienestar eudaimónico lo pueden experimentar tanto los hombres como las mujeres, aunque según detallan Meehan y Burke, en el caso de las madres depende de lo equilibradas que estén las tareas de la crianza con sus esposos. Su conclusión es que la felicidad no depende de la decisión de tener o no hijos, sino en si se maneja el control sobre este asunto y se tiene el apoyo necesario.

Diversos estudios han estudiado si el no tener descendencia influye en la felicidad y satisfacción vital de las personas. Uno de ellos, por ejemplo, analizó la situación de 161 mujeres que no pudieron tener hijos bien por no encontrar pareja o por infertilidad. Su bienestar no difería del del resto, aunque el 12 % afirmó que su vida no tenía un rumbo claro, el 24 % prosperaba psicológicamente y el resto presentaba niveles moderados de bienestar. Otra investigación concluyó que la lucha por un hijo derivó en un mayor crecimiento postraumático. En cambio, los estudios en hombres que no han podido tener hijos debido a la infertilidad han mostrado que michos experimentan tristeza, pero esta se redujo a medida que envejecían. «Encontrar formas de replantear su identidad y su papel en la sociedad fuera de la paternidad ayudó a muchos a encontrar sentido y satisfacción a su vida», explican sobre este análisis las expertas.

No obstante, un estudio llevado a cabo por S. Katherine Nelson, titulado En defensa de la paternidad, llegó a la conclusión de que tener un hijo no solo está estrechamente relacionado con la sensación de felicidad, sino también con una vida más longeva.

Nelson y su equipo basaron su análisis en el cruce de tres investigaciones anteriores en las que se preguntó por el nivel de felicidad y satisfacción de sus vidas. El primero de ellos reveló que quienes tenían hijos indicaron en mayor nivel tener una vida muy positiva frente al resto. El segundo, que los padres se sentían mejor en su día a día gracias a su paternidad. Y el último, que los encuestados con descendencia manifestaron un mayor nivel de sentimientos positivos por el simple hecho de cuidar a sus hijos. El índice más alto de felicidad en los tres estudios lo reportaron los padres.