Un estudio de Harvard más largo sobre la felicidad encontró que la clave está en las relaciones sólidas
A medida que envejecían, los participantes lamentaron el poco tiempo que pasaban con familiares y amigos
La felicidad puede que sea una de las principales ambiciones de todo ser humano. Nuestro bienestar se basa en ella, por lo que los científicos llevan años intentando averiguar de una forma lo más precisa posible qué factores son los que nos proporcionan esa felicidad.
Un macroestudio parece tener la respuesta. Comenzó en 1938 siguiendo las vidas de 724 estudiantes de Harvard y niños de bajos ingresos de Boston y ha derivado en la investigación científica más larga del mundo sobre la felicidad hasta la fecha. El estudio en curso, que se ha ampliado para incluir a los cónyuges e hijos de los participantes originales, consta de más de 2.000 personas.
Los investigadores recopilaron los registros de salud de los participantes cada cinco años, realizaron pruebas de ADN en el camino y recibieron cuestionarios sobre sus vidas y bienestar cada dos años. Aproximadamente cada 15 años, los investigadores se reunían con los participantes en persona para una entrevista. Los investigadores siguieron la vida de los participantes con la esperanza de encontrar la clave de la felicidad.
La conclusión es que las relaciones sólidas predijeron con mayor precisión la felicidad de las personas a lo largo de sus vidas, son «intrínsecos a todo lo que hacemos y todo lo que somos», escriben los autores. A medida que envejecían, los participantes que compartieron arrepentimientos principalmente lamentaron el poco tiempo que pasaban con familiares y amigos y cuánto les importaba lo aparentemente trivial: el éxito y el dinero.
Según los autores, la mejor manera de mejorar su «aptitud social» es programar tiempo para construir relaciones en su semana, como lo haría con una sesión en el gimnasio o una reunión de trabajo. Waldinger y Schulz no solo son coautores sino amigos, y hablan todos los viernes al mediodía.
Pero para todos aquellos que no se sientan cómodos con la calidad de sus conexiones, los investigadores dicen que nunca es demasiado tarde para mejorar las relaciones, ya sea con un nuevo amigo o con alguien con quien nos reconectamos del pasado. Para ello, proponen mejorar las aptitudes sociales, utilizar la tecnología, cultivar el poder de la atención y, en caso de ser necesario, pedir ayuda a los profesionales.