Una pareja con un bebé
La ciencia revela el nombre de niña más bonito del mundo
Un profesor de lingüística de la Universidad de Birmingham apunta los condicionantes a los que se enfrentan los padres al elegir el nombre de sus hijos
Una conversación común entre las parejas, incluso antes de planearse tener hijos, es hacer una lista con los nombres que más les gustan para cuando estos lleguen. Cada uno tiene sus gustos y preferencias, incluso su significado personal.
Sea como fuere, dar con el nombre perfecto es una tarea complicada, más aún cuando entran en juego factores subjetivos, como puede parecer ser la belleza. Sin embargo, la ciencia ha sido capaz de medir esta cualidad de diferentes nombres y, así, determinar cuál es el más bonito.
Esta investigación ha sido desarrollada por una marca de productos de bebé de Reino Unido, My 1º Years, quienes han realizado una encuesta, y por el profesor asociado de lingüística cognitiva en la Universidad de Birmingham, Bodo Winter.
La «objetividad» de la belleza
Para dar con unos criterios objetivos y determinar en qué consiste la belleza, han escogido algunos principios lingüísticos como variables. Estas características formales son capaces de producir en el cerebro una sensación más o menos satisfactoria. Por esta razón, y descartando cuestiones culturales, hay palabras que, al escucharlas, resultan más atractivas que otras.
La muestra escogida para el estudio fue previamente seleccionada por los autores de la encuesta, 50 nombres de niño y 50 de niña, que fueron pronunciados frente a los clientes de la marca para poder clasificarlos. El resultado de la encuesta, tanto en Reino Unido como en Estados Unidos fue Sophia, un nombre muy extendido y traducido a lo largo de la geografía mundial, que procede de Grecia y significa «sabiduría».
El estudio también deja otras conclusiones interesantes, como que los nombres que comienzan por ‘e’, como Eva o Elena, están muy bien valorados, ocupando puestos altos en la clasificación.
Tendencias a la hora de escoger
En un comunicado, el profesor Winter declaró que los que más puntuación recibieron fueron los que más emociones positivas provocaron y que mejor suenan al oído humano. Igualmente, añadió algunas consideraciones comunes que los padres tienen en cuenta a la hora de nombrar a sus hijos. Por ejemplo, que la palabra no termine por la misma letra por la que comienza el apellido.
Además, pone sobre la mesa el resultado de otro estudio del 2012 que resulta recurrente durante los últimos 100 años. Explica que los sonidos empleados en los nombres suelen ser similares a palabras que «resultan más familiares», las cuales psicológicamente gustan más. Este fenómeno se conoce como «efecto de mera exposición» y lo plasma con el huracán Katrina en Estados Unidos, apuntando que la próxima generación de bebés usarán nombres como Katie. Otros factores condicionantes a la hora de la elección son los antecedentes familiares, que afectan a la forma de interpretar los nombres.