Día del padre 2024
Ocho consejos para ser mejor padre (o, al menos, intentarlo)
¿Qué pasaría si pudiésemos poner en el currículum: «De profesión, padre», y que esto tuviera un alto valor social? Aunque suene extraño, esta es la propuesta que hace el mediador familiar Nacho Tornel, experto en relaciones afectivas y paternidad. Y da ocho consejos prácticos para aquellos varones que quieren ser mejores padres o, al menos, que están dispuestos a intentarlo.
1. Reivindica tu paternidad. «Hoy es importante reivindicar públicamente nuestro rol de padres: Soy padre y quiero ejercer mi paternidad», indica Nacho Tornel. «Más aún, quiero liderar mi función como padre: quiero tomar decisiones, asumir de principio a fin mis responsabilidades, implicarme de verdad en la crianza y educación de mis hijos», matiza. Algo para lo que «por supuesto, hay que desterrar esas fórmulas de 'Cariño, ¿qué quieres que haga?' O peor: '¿Qué hago: te pongo la mesa, te baño a los niños...?' Un padre de verdad, en el siglo XXI, tiene que dejar todo esto de lado», remarca el autor de EnparejArte y RelacionArte.
2. Échale horas de rodaje. En términos prácticos, este liderazgo se traduce en «dedicar tiempo real a nuestros hijos y a nuestra familia, intentando pasarlo bien», explica este mediador familiar. «Tenemos que acompañarles a ese cumpleaños, ir con ellos a que se prueben las zapatillas de deporte, hacer ese recado de comprar la cartulina…O sea, dedicar tiempo real, rodaje auténtico con tu hijo al lado. Y un rodaje en el que, sobre todo, podamos escuchar y poner el oído muy atento a lo que dicen», destaca Tornel. Y aunque «muchas veces nos parecerá que lo que nos dicen no tiene ninguna importancia, hay que leer entre líneas y poner la oreja, porque llegará un momento en el que sí que querremos que nos cuenten las cosas que nos importan: ese amiguito les está haciendo la puñeta, esa niña que les gusta…».
3. Crea lazos únicos con cada uno. Aunque la falta de tiempo es uno de los mayores inconvenientes para ejercer la paternidad, Tornel reivindica el esfuerzo de crear lazos únicos con cada hijo, en la medida de lo posible. «Lo ideal sería que todos nuestros hijos pudieran sentir, de verdad, que les tratamos como si fuesen hijos únicos: que les dedicamos tiempo, que lo pasamos bien con ellos, que hacemos planes solos de vez en cuando, que te los llevas a tomar una hamburguesa, a jugar al parque…» E insiste: «Tenemos que tratar de pasárnoslo bien y de reírnos juntos, con cada uno de nuestros hijos, pero también cuando están juntos todos los hermanos».
4. Abraza y demuestra afecto. En una época de gran confusión afectiva y antropológica, que está llenando de adolescentes las consultas de los psicólogos, Tornel destaca la importancia de la dimensión afectiva. «Los padres varones tenemos un rol muy importante para dotar de confianza afectiva a nuestros hijos, a través del contacto físico. Tenemos que abrazar y besar a nuestros hijos e hijas, enseñándoles que eso es una cosa fantástica y que es una manera buenísima y fabulosa de dejar salir las emociones, los sentimientos». Algo que les permitirá entender que esa expresión de los sentimientos debe hacerse «con la persona adecuada, en el momento adecuado y en el formato adecuado». Y matiza que esta muestra de cariño físico debe ser tanto a los niños como a las niñas: «A niños, porque así empiezan a entender que el contacto físico afectuoso también es varonil, y a las niñas, porque necesitan sentirse abrazadas por su padre, por unos brazos que las rodeen y les hagan sentir muy, muy queridas, muy muy protegidas, y muy y muy valoradas».
5. Da ejemplo en casa. Antes de ser padre, el varón en el hogar es esposo. Por ese motivo, Tornel enfatiza la importancia de dar en casa «ejemplo de servicio». «Esto de servir –reconoce– es algo que ahora, no es que suene raro, es que suena rarísimo. Pero es así: nuestros hijos necesitan ver que somos un ejemplo de servicio para toda la familia, empezando por su madre. Tienen que vernos doblándonos a recoger la ropa sucia para meterla en la lavadora, o limpiar, o cocinar... y que lo hacemos para servir a los demás. Porque si esto no lo ven en casa, les costará mucho aprenderlo después».
6. Mirarse por dentro. La seguridad paterna no tiene solo que ver con cuestiones exteriores. Los padres, explica Tornel, «también estamos llamados a ayudar a nuestros hijos a mirarse por dentro, incluso aunque a veces nos cueste más que a la madre el interiorizar, reflexionar, o meternos en cuestiones de fondo». Sin embargo, es esencial que el padre pueda enseñar a sus hijos «a hacerse preguntas sobre si son felices, por qué lo son o no lo son, qué buscan, qué esperan, hablar de sus redes sociales, de los ejemplos que están recibiendo, de lo que valoran... Es decir, de todo ese mundo interior, que a los hombres a veces nos cuesta más conocer pero que es esencial para movernos después en el mundo».
7. Cómo abrirse a los demás. Y si a través de la introspección, los padres ayudamos a nuestros hijos a dibujar su mapa de vida, el paso siguiente es ayudarles a transitarlo en las relaciones con los demás. Por eso, Tornel invita «a que les enseñemos lo importante que es hacer cosas por los demás, desde el ejemplo». Y da ejemplos: «Ir juntos a hacer voluntariado un sábado por la tarde a una residencia o a un hospital, para estar con ellos. O empezar por la abuela o el tío abuelo, que están solos en casa o en una residencia, y se aburren… En resumen, enseñarles a mirar hacia los demás, pero junto a ellos».
8. De profesión: padre. Por último, Nacho Tornel lanza un desafío a los padres: «Si pusiéramos en la paternidad, no solo lo mismo, sino incluso la mitad del interés que ponemos en formarnos en lo profesional, tanto en tiempo como en recursos y esfuerzos, seríamos unos hachas. Y creo que esta es justamente la idea más importante: que necesitamos ser muy conscientes de que no hay negocio ni ocupación más importante que la paternidad y la atención de nuestros hijos y a nuestro matrimonio».