Demanda real
Fue ferviente falangista y terminó gobernando con el apoyo de Podemos después de pasar por ser el comodín de Hormaechea, PP y el PSOE. Creció políticamente a la sombra de Santiago Díaz, un importante constructor. No es una persona que merezca el honor de ser demandado por el Rey alejado
Me temo que el Rey Juan Carlos se ha equivocado interponiendo una demanda a un personaje inclasificable y perfectamente prescindible. Es cierto que una buena parte de las ganancias acumuladas por sus intervenciones televisivas son consecuencia de los insultos y desprecios que Revilla le ha dedicado a Don Juan Carlos en los últimos años, de forma continuada y obsesiva. Revilla es un político acabado, aunque se mantenga en la secretaría general del PRC. Tiene clientes y servidores, pero pocos amigos. Su partido político es exclusivamente clientelar. Alcanzó el poder traicionando al partido que le mantuvo de vicepresidente del Gobierno, y su ideología es un misterio. Fue ferviente falangista y terminó gobernando con el apoyo de Podemos después de pasar por ser el comodín de Hormaechea, PP y el PSOE. Creció políticamente a la sombra de Santiago Díaz, un importante constructor. No es una persona que merezca el honor de ser demandado por el Rey alejado.
Uno piensa en Revilla y de inmediato la figuración vuela hacia las latas de anchoas, los sobaos, y los puros, como aquellos que fumaba en los restaurantes clausurados por el Covid. También le gustan los bolos montañeses, como a mí, y de ese bellísimo deporte detenido en los tiempos, algo sabe. Por lo demás es una persona a no tener en cuenta ni tomarse en serio, excepto en la canción montañesa. A la tercera copa, se levanta de la silla y canta. Y esa agresión musical sí es merecedora de una demanda, o peor aún, de una querella criminal.
También hay que elogiarle, para compensar, su lado positivo. Es elegante, distinguido, y amigo de Bertín Osborne. Cuando se aproxima a la bolera, me acuerdo de aquel episodio de una serie de los primeros años de TVE. Un hombre se despedía de una mujer. Ella le dio la espalda y caminó sin rumbo. Y él, enamorado hasta los cotubillos, comentó: «Camina en 'bellesa'». Doblaje portorriqueño. Hay muchos montañeses que se sienten inmersos en su espíritu, pero en general, le llaman «Revilluca» y cambian de conversación. A Revilluca esta demanda del Rey Juan Carlos le va a servir para salir de nuevo de su inevitable olvido. Que un Rey que, errores personales aparte, va a pasar a la Historia como uno de los más grandes de los Reyes de España, presente una demanda a un payasete de la política es bueno para el payasete.
Por graves, ácidos e injustos que sean los insultos, no hay que tomarlos en serio si su procedencia es chunga. Insulta el que puede no el que quiere. Ahora, Revilluca será invitado —previo acuerdo—, a todas las cadenas de televisión del régimen para que siga insultando al Rey o narrando chorradas. Hace unos días era un pequeño ser que se consumía en el futuro, y gracias a la demanda del Rey padre será recibido con los brazos abiertos en todos los programas pedorros, desde «Sálvame» a «La Isla de las Tentaciones», pasando por Bertín, Motos y Broncano, aunque éste último, según los datos, se está pegando un jardazo a costa de nuestro dinero.
Eso sí, como anteriormente apunté. Es un hombre elegante, distinguido, y con tres chupitos después de comer o de cenar, se levanta y canta canciones montañesas.
Un portento.