
Los nietos pueden heredar de sus abuelos en dos casos concretos
Familia
Una buena relación con sus abuelos ayuda a los niños a desarrollar más empatía
Una buena relación entre abuelos y nietos puede ser clave para el desarrollo emocional y familiar de los más pequeños de la casa
Sin duda, los abuelos se han convertido en los últimos años en un pilar fundamental en la educación de los más pequeños de la casa. En una sociedad en la que tanto el padre como la madre desarrollan su vida profesional fuera del hogar, los abuelos han pasado a tener más presencia en la vida de sus nietos. Los recogen del colegio, les hacen la comida e incluso juegan con ellos por las tardes en el parque esperando a que los progenitores salgan de su puesto de trabajo.
En ocasiones, son muchos los que aseguran que este cambio en el rol de los abuelos puede llegar a ser algo perjudicial, ya que son los padres los que deberían pasar más tiempo con sus hijos para educarlos, mientras que los abuelos deberían limitarse a consentirlos y pasar ratos tranquilos con ellos. No obstante, la relación entre abuelos y nietos es un vínculo intergeneracional cargado de amor, sabiduría y experiencia, que puede enriquecer tanto a los mayores como a los más pequeños.
Los beneficios emocionales del amor de los abuelos
Una investigación publicada en la International Journal of Developmental and Educational Psychology analizó la percepción de 123 niños de entre 5 y 11 años sobre su relación con sus abuelos. Los resultados destacaron que los niños valoran positivamente las actividades compartidas y las cualidades personales de sus abuelos, lo que sugiere que estas interacciones fomentan habilidades sociales y emocionales.
Según se explica, los niños que crecen con la presencia activa de sus abuelos suelen desarrollar más empatía debido a una combinación de factores emocionales, sociales y cognitivos que enriquecen su entorno desde edades tempranas. Esta convivencia intergeneracional ofrece una serie de experiencias únicas que fomentan la comprensión emocional, la paciencia y la capacidad de ponerse en el lugar del otro.En primer lugar, los abuelos suelen tener una forma más calmada, afectuosa y tolerante de relacionarse con los niños, lo que les transmite seguridad emocional y un modelo de cuidado desinteresado. Los abuelos tienden a tener más tiempo y disposición para escuchar, contar historias y compartir recuerdos. Este tipo de vínculo profundo y emocionalmente nutritivo ayuda al niño a reconocer y responder mejor a las emociones propias y ajenas.
Además, los abuelos representan una generación diferente, con vivencias, valores y maneras de expresarse distintas. El niño, al interactuar con personas mayores, aprende a adaptar su lenguaje, a ser más paciente y a comprender perspectivas diferentes a las suyas, lo que refuerza habilidades sociales clave como la empatía, la tolerancia y el respeto.
Por último, el cuidado o la convivencia con abuelos suele implicar que el niño vea y participe de actos de cuidado mutuo, tanto cuando los adultos cuidan al abuelo como cuando el niño es invitado a acompañar o ayudar. Esto naturaliza la idea de atender a quien lo necesita, favoreciendo una mentalidad empática y solidaria. En resumen, los abuelos no solo son fuente de afecto, sino también potentes referentes emocionales que contribuyen al desarrollo humano y afectivo de sus nietos.