
Una embarazada sujeta un trozo de tarta
¿Por qué tienen antojos las embarazadas? Esto es lo que dice la ciencia
Estudios elaborados en Estados Unidos han concluido que entre el 50 y el 90 % de las gestantes conviven durante esos nueve meses con los caprichos repentinos con los antojos
Todos aquellos con una marca de nacimiento seguramente hayan escuchado alguna vez eso de que seguramente sea un antojo que su madre no satisfizo. Los dulces, la comida basura o los encurtidos picantes son algunos de los más deseos alimentarios más comunes entre las mujeres embarazadas. Estudios elaborados en Estados Unidos han concluido que entre el 50 y el 90 % de las gestantes conviven durante esos nueve meses con los caprichos repentinos con los antojos.
Son más comunes durante el primer y segundo trimestre del embarazo y durante algún tiempo se dudó si tenían una base científica o si se daban más por motivos psicosociales. En Japón, por ejemplo, las mujeres encintas sufren el intenso deseo de comer arroz, mientras que en España, suelen decantarse más por el chocolate.
Un reciente estudio, elaborado a partir de la experiencia de 200 estadounidenses –en EE.UU. se han abordado la mayoría de las investigaciones–, concluyó que estos antojos que viven las gestantes van cambiando a medida que avanza su embarazo. El primero que suelen tener es de dulce, que pronto se amplía a todo aquello que sea sabroso y calórico, como la pizza o las patatas fritas de bolsa. Según pasa el tiempo, puede aparecer también el anhelo por tomar proteínas animales, frutas y lácteos, optando por aquellos con más calorías, como el queso y la nata.
Estos deseos no son nuevos para las mujeres. Durante el llamado síndrome premenstrual, el cuerpo también los experimenta como un intento de aumentar los bajos niveles de serotonina que se producen en esa etapa del ciclo. Las culpables, por tanto, son las hormonas.Por su parte, los que se producen durante la gestación dependerían de una serie de mecanismos neuronales. Según un análisis del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, publicado en 2022 llevado a cabo en ratones hembra –también viven antojos durante sus embarazos–, estos episodios están relacionados con la reorganización cerebral que afecta al circuito dopaminérgico mesolímbico. O lo que es lo mismo: los cambios en las conexiones neuronales afectan a la parte del cerebro que controla la sensación de placer y el deseo de ciertos estímulos, como la comida.
Estas transformaciones –parte de un complejo sistema llamado matrescencia, porque el cerebro de una embarazada cambia tanto como el de un adolescente– hacen que aumente la actividad de las neuronas que expresan receptores de dopamina D2 y estas terminan intensificando la respuesta a las comidas altamente gratificantes, lo que genera los antojos.