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Cinco ideas para practicar deporte inclusivo con tus hijos dentro de casa

Las familias con hijos con discapacidad física carecen, en muchas ocasiones, de espacios adaptados cerca de su hogar. Por eso, los expertos dan algunas pautas para que niños y mayores disfruten juntos, de forma segura y sin limitaciones

No es ningún secreto que practicar un deporte o hacer ejercicio es un hábito altamente recomendable para los niños y los adolescentes. Sin embargo, en muchas familias esta recomendación tropieza con dificultades añadidas, que van parejas a ciertas enfermedades infantiles o discapacidades que implican limitaciones físicas.

De entre todas esas problemáticas, la falta de espacios adaptados al deporte inclusivo, y el coste que implica participar en clubes o equipos específicamente diseñados para ello, son algunas de las que más impacto tienen en la vida familiar, tanto en la logística de horarios como en el presupuesto mensual.

Y de ahí que una alternativa para las familias que necesitan llevar a cabo actividades deportivas adaptadas, sea hacerlo dentro de casa.

La inclusión comienza en casa

Según unas recomendaciones publicadas por la Cátedra Fundación Sanitas de Estudios sobre Deporte Inclusivo, «crear un entorno seguro y accesible, donde los niños puedan moverse libremente, expresarse sin miedo y sentirse reconocidos por sus logros, es clave para su desarrollo físico y emocional». Porque, como explica su director, Javier Pérez, «el deporte inclusivo no debe limitarse a los colegios o a los clubes. La verdadera inclusión comienza en casa».

Así, los expertos de esta entidad han dado una serie de recomendaciones prácticas, que permitan adaptar los espacios del hogar para hacer deporte en familia más allá de cualquier limitación.

En concreto, sugieren retirar obstáculos, contar con materiales blandos o seguros (como colchonetas, pelotas grandes, bandas elásticas...), y utilizar señales visuales o auditivas si es necesario. Porque «el objetivo no es el rendimiento, sino la participación y el disfrute», apuntan.

Cinco propuestas concretas

Además, dan cinco propuestas prácticas muy concretas, que permitan fomentar el deporte inclusivo en casa:

1. Circuitos de obstáculos adaptados: Usando cojines, túneles de tela o sillas, se pueden proponer recorridos que incluyan gatear, moverse con una pierna, o desplazarse en silla de ruedas.

2. Bolos caseros: Con botellas de plástico y pelotas de diferentes tamaños, todos pueden participar. El lanzamiento puede hacerse con las manos, con los pies o empujando con un objeto.

3. Pelota para todos: Adaptar el fútbol o el baloncesto con pelotas más grandes o blandas permite que niños con y sin discapacidad jueguen juntos. También puede incluir un reto como lograr el mayor número de pases posibles.

4. Juegos de ritmo: Bailar, imitar gestos o moverse al ritmo de una melodía mejora la coordinación. Ajustar la velocidad o los movimientos de quienes no tengan discapacidad, ayuda a que quienes tengan más dificultades puedan sentirse incluidos en la dinámica familiar.

5. Búsqueda del tesoro: Para que sea inclusiva, las pistas pueden ser imágenes o sonidos, y los retos pueden implicar tanto tareas físicas como mentales.

Porque, si la familia es el lugar seguro en el que cada persona se siente amada y valorada por quién es, y no por lo que es capaz o no de hacer, entonces jugar o hacer deporte juntos deja de ser «una actividad de deporte inclusivo» para convertirse, lisa y llanamente, en «una actividad divertida en familia»... que, además, puede practicarse sin salir de casa.

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