Lady Gaga, la diva del pop que nació para ser estrella

Stefani Joanne Angelina Germanotta decidió asumir el nombre artístico de Lady Gaga como único modo de avanzar. La joven diva del pop sufrió de niña una tormentosa situación de bullying en el colegio que la llevó a refugiarse en la música a pesar de crecer en el exclusivo barrio del Upper East Side de Manhattan.

Procedente de una familia católica, de hecho, estudió en el Colegio El Sagrado Corazón (el mismo al que asistió Paris Hilton), donde la llamaban «germen». Allí aprendió a tocar el piano y a componer, hasta que decidió embarcarse en las noches de micrófono abierto con Queen, Michael Jackson, Madonna o David Bowie como referentes. De hecho, fue una canción del grupo de Freddy Mercury, Radio Gaga, la que inspiró a la cantante para cambiarse el nombre.

La constante lucha contra los trastornos alimentarios y el acoso escolar durante su época escolar continuó también durante su etapa universitaria, donde comenzó a estudiar artes interpretativas. Allí se ganó el odio de sus compañeros que incluso llegaron a crear grupos de Facebook con nombres como «Stephanie Germanotta nunca serás famosa».

Parece que se equivocaban porque, mientras interpretaba sus creaciones en la noche neoyorquina y escribía canciones para Britney Spears, Gaga se cruzó con el productor Rob Fusari, quien apostó por ella y junto a otros productos reconocidos de la industria musical crearon su primer disco de estudio: The fame.

Su debut con Just dance, Poker face o Paparazzi crecía a la vez que su imagen extravagante configurada en base a una auténtica montaña rusa estilística que la ha llevado a convertir en su seña de identidad los zapatos de plataforma, los vestidos de carne o tintes neones para su pelo. Sus canciones llegaron a las listas de éxitos de todo el mundo y comenzaron a cosechar nominaciones en los premios más prestigiosos, entre ellos nueve Grammys.

Con el tiempo demostró que el mundo de la música se le queda corto y decidió probar suerte en el cine de la mano de Bradley Cooper. Protagonizaron A star is born y se convirtió en una de las actrices revelación del momento, siendo incluso nominada a un Premio Oscar por su interpretación y por mejor canción original, que llegó a ganar.

La polifacética artista que vio culminado su éxito cuando actuó en el descanso de la Superbowl en 2017 tras siete álbumes de estudio, vuelve ahora a la gran pantalla con Ridley Scott en La Casa Gucci, dando vida a Patrizia Reggiani, la heredera millonaria salpicada por el escándalo. Hay quien apunta que su interpretación también huele a Oscar, demostrando que lo suyo es innato a pesar de todos los que intentaron desmotivarla en el camino y tras superar acoso escolar, abusos sexuales, autolesiones y una depresión. Su gran virtud, seguir persistiendo hasta lograr aquello para lo que nació: ser una estrella.