La compleja biografía de Sanna Marin, la primera ministra más joven del mundo

Ha sido la primera visita oficial de Sanna Marin (36 años) a España y la política finlandesa está causando sensación después de reunirse con Pedro Sánchez para reforzar las relaciones bilaterales entre los dos países. Tanto el presidente como la primera ministra han debatido sobre las reglas fiscales de la Unión Europea y han coincidido en huir de una política de bloques. Antes, durante y después de la rueda de prensa ha revolucionado las redes sociales por su carrera meteórica.

Con 33 años, en 2019 se convirtió en la jefa de Gobierno más joven del mundo. No significa, en cambio, que le falte experiencia en este campo, ya que el camino que la ha llevado a convertirse en líder del país finlandés comenzó a los 20 años cuando decidió que su rumbo se encaminaría hacia la gestión pública. Se presentó a la Asamblea del Consejo de su ciudad, Tampere, y, después, al Parlamento de su país. En ambos casos ganó. Poco después, fue elegida ministra de Transporte y Comunicaciones con el Partido Socialdemócrata, cargo que ostentó durante seis meses.

Fue entonces cuando Antii Rinne renunció a su cargo como primer ministro y su partido la designó como candidata para sustituirla. Ya con el cargo asumido, se casó con su novio de toda la vida y padre de su única hija, el exfutbolista Markus Räikkönen. Comenzaron su relación cuando tenían 18 años y, desde entonces, se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de su carrera política: «Juntos hemos visto y experimentado muchas cosas, intercambiado alegrías y penas y nos hemos soportado el uno al otro en situaciones de calma y de tempestad», explicaba la propia Sanna en un post de Instagram el día de la boda, celebrada el 2 de agosto de 2020.

Según los medios del país, el enlace tuvo lugar en la residencia oficial de los contrayentes con apenas 40 invitados de sus círculos más cercanos de amigos y familiares, aunque una de las invitadas de excepción fue su hija, que, por aquel entonces, tenía dos años y medio.

Avalada por una historia de superación, fue la primera de su familia en asistir a la universidad. Sus padres se separaron cuando ella era muy joven y ambos pasaban por problemas financieros bastante cuantiosos. Su padre, mientras, luchaba contra su adicción al alcohol. Tras la separación de sus padres, Marin fue criada por dos mujeres, su madre y su nueva novia. En alguna ocasión, ha llegado a declarar que se sentía invisible porque no podía hablar abiertamente de su familia y su estado económico. Tuvo que compaginar sus estudios con trabajos eventuales desde los 15 años, entre ellos como cajera de supermercado, y llegó a la universidad sin intención de dedicarse a la política. Allí, sin embargo, se le despertó el interés y se afilió a las juventudes del SDP.

Su llegada a la jefatura del Gobierno devolvió la estabilidad a la coalición, que pasó a estar liderada por cinco mujeres, cuatro de ellas menores de 35 años. «Es una persona muy carismática y muy decidida. Tiene sus ideas y no le asusta ponerlas en práctica. Y por encima de todo es una excelente comunicadora», subrayó Antton Rönnholm, secretario general del partido, en una entrevista. «Marin tiene la capacidad de inspirar a las niñas y mujeres jóvenes. Demuestra que es posible alcanzar posiciones de influencia a un ritmo muy rápido si se tienen cualidades y determinación», concluyó.