Gente
La vida rural de Alejandra Ruiz Rato al cumplir los 30
La hija de Espartaco vive y trabaja en la finca sevillana de su padre junto a su marido, Ernesto Novales
La primogénita de Patricia Rato y el torero Juan Antonio Ruiz, Espartaco, se embarca en una nueva década de la mejor forma posible, en el campo, allí a donde se trasladó tras su boda el pasado 8 de mayo del 2021 con Ernesto Novales, conocido como Tito. Después del enlace que les unió como marido y mujer, la pareja se quedó en Majavieja, el mismo lugar donde celebraron el convite y en la que ella misma trabaja.
Tal y como comentaron allegados a la familia y como ha recogido Vanitatis, «se trata de hacer una visita a la finca para conocer la vida en el campo. Se les ofrece un aperitivo y pasean en una jardinera para ver al ganado que está en la finca, van en tractor, luego hay un almuerzo y un tentadero». Una forma de revalorizar la vida en el campo cuyo proyecto comenzó cuando la joven que hoy cumple 30 años decidió instalarse junto a su padre en la finca de Sierra Norte para convertirla en un lugar de turismo selecto.
Con estudios en Administración y Dirección de Empresas y con un máster en Marketing y Gestión Comercial en ESIC, Alejandra es una gran aficionada de la vida rural y taurina, y, por eso, decidió unir su pasión ganadera y su profesión. Allí se ocupa, además, de todo el saneamiento y del terreno de más de 30 hectáreas que poseen frente a la finca y que han decidido emplear en la fabricación de un aceite de consumo propio. Tal y como recoge Vanitatis, «es para consumo propio, no lo hemos comercializado, lo envasamos y es el que tomamos aquí. Todo lo que tenga que ver con el campo y la naturaleza me gusta».
Con el buen gusto que la precede heredado de su madre Patricia Ruiz, Alejandra también se encargó de decorar la finca cuando el torero la adquirió tras vender Matute a José Ortega Cano. Entre sus dedicaciones está también la Fundación Padre Arrupe, una ONG creada en 1992 para mejorar las condiciones de vida de los colectivos más desfavorecidos de El Salvador, apostando por una educación de calidad y centrándose en planes especiales de salud.
Su marido Ernesto Novales también comparte su pasión por los caballos, el mundo rural, taurino y los viajes. Por ahora, tanto él como Alejandra están centrados en sus proyectos profesionales, aunque no descartan aumentar la familia en el futuro. De hecho, su entorno familiar está deseando que se conviertan en padres, ya que ambos son muy niñeros. Sin ir más lejos, Patricia, madre de Alejandra, ha declarado en alguna ocasión esperar con alegría la buena nueva: «Sería una bendición porque me chiflan los niños, pero será lo que Dios disponga y lo que decidan ellos. Lo que decidan Alejandra y su marido me parece bien, aunque sería una bendición enorme para la familia», explica.