La infanta Elena se cambia de casa: de El Niño Jesús a un piso de lujo en el barrio más caro de Madrid

La infanta Elena se ha despedido de la casa situada en el barrio madrileño del Niño Jesús y ha dado la bienvenida a nueva etapa que vivirá en un nuevo domicilio ubicado en el barrio de Almagro, uno de los más exclusivos y caros de Madrid, donde se ha trasladado junto a sus hijos, Froilán y Victoria Federica.

La mayoría de los detalles de su antigua casa ya se conocían, pero ¿cómo es su nuevo hogar? Según Lecturas, la revista que se ha hecho eco de esta noticia exclusiva, la vivienda en cuestión es un piso de lujo valorado en 2,5 millones de euros, que se encuentra ubicado en un edificio con ascensor, plaza de garaje y portero físico, construido en 1960 y en el que la hermana del Rey Felipe VI ya está residiendo. Es bastante más pequeña que la anterior, pero la ventaja es que está mucho más cerca de la Fundación Mapfre, su lugar de trabajo desde 2008. Dispone de 242 metros cuadrados distribuidos en cuatro dormitorios, cuatro baños y dos balcones, mientras que la otra superaba los 460 metros cuadrados.

Así lo recoge la citada publicación, que también asegura que, aunque todavía está inmersa en la puesta a punto de su nuevo hogar, la Infanta ya ha realizado la mudanza, una costosa tarea que ha llevado cuatro días de duro e intenso trabajo por parte de la empresa encargada de trasladar las pertenencias de la hija del Rey Juan Carlos, a la que tan solo le queda ultimar la decoración. Así lo muestran las imágenes que acompañan a la noticia, en las que se aprecia el trabajo de aquellos operarios encargados de trasladar colchones, mesas, sillones y cajas de todos los tamaños de una vivienda a otra.

Por su parte, la revista ¡Hola! ha completado esta información aclarando, horas más tarde, que la Infanta Elena se ha cambiado de residencia de manera temporal. ¿El motivo? La realización de unas obras en su vivienda habitual para reparar los daños derivados de una humedad. Así, la publicación señala que la hija de Doña Sofía no se ha mudado definitivamente, sino que el tiempo que va a permanecer fuera de su casa va a ser el que dure los arreglos de desperfectos como el cambio de suelo.

Y es que, aunque su nuevo hogar sea un piso alquilado, esta se puede considerar la cuarta casa de la duquesa de Lugo desde que abandonó el Palacio de la Zarzuela. Es probable que la Infanta afronte esta nueva etapa con ganas e ilusión, sobre todo si su mudanza viene propiciada por las mejoras que pretende acometer en su residencia habitual, pero es probable que también hayan florecido sentimientos completamente opuestos, tales como la pena y la tristeza, por tener que irse del que ha sido su refugio particular durante los últimos años y sobre todo durante la época de pandemia. Fue ahí, en esa vivienda, donde la Infanta pasó su solitario confinamiento, una etapa en la que se dejó ver más que nunca al salir diariamente a las ocho de la tarde a su balcón para aplaudir a todos aquellos que lucharon por erradicar la temida crisis sanitaria.