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La Reina Isabel II, en una imagen recienteGTRES

La Reina Isabel II no volverá a vivir en el palacio de Buckingham

Isabel II lleva dos años trabajando desde el castillo de Windsor, donde pasó el confinamiento durante la pandemia. Parece que la edad empieza a pasarle factura y prefiere asentarse en un sitio para estar más tranquila y no tener que trasladarse de un lugar a otro con tanta frecuencia. Aunque la Reina goza de una salud de hierro a sus 95 años, su reciente contagio de Covid-19, unido a los pequeños achaques que ha sufrido recientemente, le han llevado a tomar la decisión de afincarse en el castillo de Windsor y no volver al palacio de Buckingham.

Con este nuevo giro, Isabel II abandona la que ha sido residencia real desde 1837. Además el palacio de Buckingham permanecerá en obras hasta 2027, con una reforma que ha costado más de 300 millones de euros.

En un principio la Reina iba a vivir en sus apartamentos privados de manera temporal, una decisión que se tomó a raíz de la mencionada obra que se va a realizar en el palacio, pero finalmente se optó por abandonarlo de manera permanente para reducir el número de viajes.

El nuevo hogar de Isabel II tiene 900 años de historia, ha sido escenario de bodas reales como la de su nieto Harry y Meghan Markle, que por aquel entonces no habían renunciado a la Familia Real británica. La princesa Margarita también celebró su boda entre las paredes de Windsor junto a su primer marido, el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones. El castillo de Windsor se empezó a construir bajo el mandato de Guillermo I el Conquistador, y a lo largo de su casi mil años de historia, son 39 monarcas los que han vivido en él.

El interior del castillo es todo un espectáculo, aunque dentro de esta casa hay otra, la «pequeña» casita de muñecas que la Reina Mary ordenó construir en 1921. Se trata de una fiel réplica de una casa de la aristocracia de aquellos años y es la casa de muñecas más grande del mundo. Otra de sus edificaciones más destacables es la capilla de San Jorge, un templo gótico del siglo XV que fue el escenario del último adiós al marido de Isabel II, el duque de Edimburgo. Durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo de Windsor se convirtió en el refugio del Rey Jorge V y su familia, de la misma manera que lo fue para Isabel II y el duque de Edimburgo desde el inicio de la pandemia por coronavirus.

La extensa historia del castillo de Windsor sufre su peor capítulo en 1992 cuando se produjo un incendio que duró la friolera de treinta horas. Cientos de especialistas pusieron todo su empeño en salvar todas las obras de arte que pudieran antes de que el fuego arrasara con todo. El terrible suceso hizo que el castillo de Windsor tardara cinco años en recomponerse. Isabel II siempre ha tenido un cariño especial a esta fortaleza y quizá por ello ha decidido afincarse ahí de manera definitiva, un lugar en el que se siente cómoda y segura.