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Jesús Mariñas en un programa de televisión en 2009GTRES

Jesús Mariñas, el gallego socarrón que ha muerto con las botas puestas

Jesús Mariñas ha muerto. Aún quedaba en pie, aunque las últimas semanas las haya pasado tumbado en la cama de un hospital, el último cronista social que seguía en ejercicio como conocedor y testigo de una sociedad que ya no existe.

Hay una crónica del corazón que se va con él, que ha dejado de latir como su corazón. Las folclóricas, las duquesas, las grandes fiestas, el mundo de Pitita, el tortazo de un premio Nobel, los viajes espectaculares y las cuitas que había que callar y leer entrelíneas ya no existen. Mariñas fue testigo de un esplendor y de una forma de relatar el mundo social que se acaba con él. Aún así él ha seguido hasta el final escribiendo sus crónicas postrado en la cama. Era su vida y así la ha vivido hasta el final.

Mariñas era un gallego socarrón, que si te quería lo hacia a sangre, pero si le caías mal tenías un problema. Era de ideas tenaces y de fuerte carácter pero eso mismo lo tenía de leal, como así lo ha demostrado hasta el final con quien ha sido su pareja, su báculo, sus ojos y su marido, Elio Valderrama. Juntos han viajado por medio mundo y han ido retratando un fin de época espléndido.

Ahora seguro que estará pegadito a su grandísima Montserrat Caballé y allí juntitos estarán cantando La Traviata, que menudo es Mariñas. Que tiemble el Cielo porque Camilo José Cela aún tiene asuntos que arreglar con él, seguro.