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Los secretos tras la corona de San Eduardo, la joya que marcará el futuro de Carlos III
El palacio de Buckingham ha confirmado que la pieza ya ha sido retirada de la Torre de Londres para ser adaptada al soberano británico
Poco a poco se van conociendo más detalles de la coronación del Rey Carlos III, un acontecimiento histórico muy esperado por todos los británicos, que tendrá lugar el próximo sábado 6 de mayo de 2023 en la Abadía de Westminster y del que ya han comenzado parte de los preparativos.
Lo último que se ha sabido al respecto tiene que ver con la pieza central de la coronación. Esta será la emblemática corona de San Eduardo, una joya con mucha historia que también formó parte de la coronación de la Reina Isabel II, que ha sido una de las más destacadas de la coronación de los monarcas británicos que se han ido sucediendo durante los últimos 350 años y que también jugará un papel simbólico y fundamental en la del nuevo Rey de Inglaterra, pues será con ella con la que Carlos III será proclamado y consagrado oficialmente como Rey.
Tal y como ha anunciado el Palacio de Buckingham a golpe de comunicado, la preciada joya de valor incalculable ya ha sido retirada del Crown Jewels Hall de la Torre de Londres para empezar a ser adaptada en base a la figura del Rey Carlos. De este modo, a lo largo de los próximos meses, se llevarán a cabo las labores de orfebrería pertinentes, de tal manera que su tamaño se verá nuevamente modificado. En este sentido, será necesario incrementar su diámetro, así como incorporar varias piedras preciosas más que impidan apreciar con facilidad sus alteraciones.
La corona fue fabricada para la coronación de Carlos II en 1661 y parte de una joya fundida que había formado parte de reyes ingleses y británicos anteriores, una pieza de estilo medieval que, al parecer, se remonta al reinado de Eduardo el Confesor en el siglo XI. Está compuesta por una montura de oro macizo decorada con topacios blancos y amarillos, zafiros, rubíes, amatistas y turmalinas, entre otras piedras preciosas, que, además, incluye dos arcos, cuatro cruces, cuatro flores de lis y una capucha de terciopelo con una banda de armiño. Es la corona más antigua de la monarquía británica, también es una de las más importantes para los Windsor y pesa exactamente 2,23 kilos.
Es cierto que esta fue la gran protagonista de la coronación de la Reina Isabel, como también lo será en la del Rey Carlos III. Sin embargo, no fue la única. Y es que, teniendo en cuenta que la ceremonia de investidura de la soberana también estuvo marcada por la Corona Imperial, una valiosa joya formada por casi 3.000 piedras que acompañó a la monarca británica hasta el fin de sus días y que también fue importante para su padre, Jorge VI, no resultaría extraño que ocupase un destacado lugar en la coronación del Rey Carlos. Pero, por el momento, esta es una cuestión pendiente de ser resuelta por el Palacio de Buckingham, pues todavía falta tiempo para la llegada del gran día.
Otro de los grandes misterios que rodean la coronación del nuevo monarca británico es la corona que la Reina Camilla portará en dicho día, ya que cabe destacar que en ella la que fuera duquesa de Cornualles también será investida, en su caso, como Reina consorte. Todas las apuestas giran entorno a la joya que tiene el diamante Koh-i-Noor, pues esta fue la elegida por la Reina Madre en la ceremonia de investidura de su marido, Jorge VI.