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La condición que han impuesto Tamara Falcó e Íñigo Onieva a los invitados de su boda
La pareja quiere vivir una boda íntima con su círculo más allegado y, por ello, ha hecho una petición muy particular a todos los asistentes de la ceremonia
Cada vez va quedando menos para uno de los eventos más esperados del año, la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Tras su sonada ruptura, la pareja se ha dado una segunda oportunidad, retomando sus planes iniciales de matrimonio. En un principio, el enlace iba a tener lugar en la fecha que tenían prevista hace ya unos meses, el 17 de junio, pero, por motivos que aún se desconocen oficialmente, ha sido pospuesta tres semanas, exactamente al 8 de julio.
Poco a poco, van saliendo más detalles del enlace a la luz. Por el momento, se conoce que la firma escogida por la marquesa de Griñón para confeccionar su vestido de novia es Sophie et Voilá, aunque el tipo de traje que lucirá en uno de los días más importantes de su vida aún es un misterio. El lugar donde se realizará la ceremonia será en el Palacio El Rincón, una herencia familiar de la novia con un gran significado personal. Siguiendo sus creencias, el enlace será de carácter religioso, aunque aún no se sabe la iglesia o la catedral donde se subirán al altar, al igual que sigue siendo un misterio si será una boda de mañana o de tarde.
Ahora, la periodista Leticia Requejo ha desvelado en El programa de Ana Rosa una de las condiciones que el futuro matrimonio a impuesto a su lista de invitados. Al parecer, Tamara Falcó e Iñigo Onieva no quieren que las personas que asistan a la ceremonia no estén casadas o prometidas, lo que significa que los amigos y familiares no podrán acudir con sus parejas si no están casados.
Según ha comentado la comunicadora, los prometidos tienen como objetivo conseguir una lista de invitados en las que solo figuren las personas más cercanas de su entorno. Tamara Falcó comentó la semana pasada ante las cámaras de la alfombra roja del desfile de Pedro del Hierro de la MBFWM, que su madre están intentando por todos los medios «colar invitados», pero que ellos se mantienen firmes en su decisión y quieren conseguir como mucho una lista definitiva que no ascienda de las 400 personas.
Esta peculiar condición asegurará, sin duda, que el enlace sea aún más exclusivo, intentando buscar la intimidad que desean durante su boda. Habrá invitados que no estén dispuestos a cumplirla, por lo que se caerán de la lista definitiva, consiguiendo así también reducir el número de asistentes.
El perdón de Isabel Preysler a Íñigo Onieva
Aunque en un principio parecía imposible que la Reina de corazones volviera a abrir las puertas de su familia al empresario que fue infiel a su hija, ahora parece ser que todo ha cambiado. 24 horas antes de su cumpleaños, Isabel Preysler reaparecía en las calles de Madrid para acudir a la Ópera y declaró a la prensa que su única felicidad ahora mismo es la boda de su hija Tamara, asegurando que si su hija es feliz con Íñigo, ella también lo es.
Horas después, la hispanofilipina cumplía 72 años y la pareja no dudó en desplazarse hasta Villa Meona para dejar claro, de nuevo, que la buena relación del empresario madrileño con el clan Preysler es un hecho. Según han informado a 20minutos testigos cercanos al clan, el reencuentro entre Íñigo e Isabel fue de lo más natural, dejando a un lado cualquier tipo de reproche y centrándose en retomar una relación idílica entre suegra y yerno.