La fiesta de cumpleaños de la suegra del Rey

Ser consuegra del Rey de España y madre de la Reina consorte no es un título, ni conlleva ninguna obligación pero sí que genera un interés mediático. Este sábado celebra su 71 cumpleaños Paloma Rocasolano y hay cosas seguras que una buena aries no pasará por alto.

Cuando la hija mayor de Paloma Rocasolano anunció que se casaba con el Príncipe Felipe, ella se convertía inmediatamente en uno de los centros de la noticia. Paloma trataba de restarle importancia declarando que su vida no le iba a cambiar en absoluto, que la que cambiaba era la de su hija Letizia. Desde luego esas sanas intenciones iniciales duraron lo que un móvil en la puerta de un colegio. Casi nada volvió a ser como antes en las familias Ortiz y Rocasolano. Sus vidas cambiaron, sus costumbres se vieron alteradas y sus trabajos, para casi todos, se transformaron. También su ocio y celebraciones. De la privacidad de una familia convencional anónima se pasaba al interés mediático. Como así ocurrió el año pasado en la casa que comparten en Madrid, Telma Ortiz, sus dos hijas y su pareja, Robert Gavin, el que fuera marido de la cantante irlandesa Sharon Corr. En esa vivienda tuvo lugar la celebración del 70 aniversario de la madre de la reina Letizia. Al acudir su primogénita, que es la hija mayor pero también Reina, hizo aumentar el interés mediático. Y más porque los Reyes y sus hijas en su furgoneta oscura se adentraban en las calles del Soto de La Moraleja acompañados por un amigo de la Heredera. Un joven que había conocido en el internado galés. Sin embargo, a su nieta Carla no pudo acompañarla su entonces novio formal, Álvaro, con el que vivía en la casa los padres de él. Fuerzas mayores se lo impidieron.

Y aunque el círculo de amistades de Paloma Rocasolano se haya ampliado por la parte de arriba de la sociedad española, estos no acudieron por ser una celebración familiar. Uno de los cómplices activos de la fiesta de cumpleaños fue su novio, Marcus Tokunboh Brandler. El empresario que le hace feliz desde hace unos años y al que conoció gracias a su hija Telma.

A la madre de la Reina le ha costado mucho tiempo encontrar una pareja. La separación del padre de sus hijas no fue fácil para ella. Es cierto que al poco tiempo de conocerse el compromiso de boda real, hace casi veinte años, Paloma Rocasolano iniciaba una ilusión con un reconocido arquitecto asturiano con el que llegó a compartir fines de semana en la finca solariega que poseía José Carlos Fernández del Rey en el occidente asturiano, pero se quedó en una ilusión. Con él leía, iba al teatro, viajaba y bailaba poco porque Fernández no era hombre de bailar. Esa actividad, la del baile, es una de las favoritas de la madre de la Reina y por cierto, no se le da mal.

Paloma Rocasolano, ahora jubilada, estuvo catorce años desempeñando trabajo de campo como enfermera sindicalista en el área sanitaria uno de Madrid. De ahí pasó a ser directora del proyecto vacaciones solidarias que llevaba a cabo la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, dentro del Sindicato de ATS de España, SATSE. En esa etapa laboral final tuvo oportunidad de atravesar el charco con frecuencia y esa es otra de las pasiones de Paloma, viajar. Un viaje sorpresa, unas entradas para algún espectáculo, una puesta de sol con una copita en la mano, y a la vera de su novio y solos, son regalazos para ella y más por lo que siempre la han ocupado sus nietas. Ahora, salvo la pequeña de Telma, Erin, que es la que más entretenida la tiene, tanto Leonor, como Sofía apenas la requieren. Carla, hija de Érika la menor de las Ortiz, ha tenido una semana complicada y aunque sea veinteañera necesita que la arropen, tanto o más que a la pequeña Erin. Y en eso está la madre de la Reina en ejercer de madre, de abuela y de novia, celebrando con una tarta de chocolate, junto a los suyos, sus 71 años. Ese es el mejor regalo porque ser la suegra del Rey de España no es un título, pero sí una vida más mediática.