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Todas las joyas y tesoros reales que se usarán en la coronación de Carlos III

Conocidas comúnmente como joyas de la corona británica, tendrán un papel protagonista el próximo 6 de mayo en la Abadía de Westminster

Cristina Blanco Vázquez
Cristina Blanco Vázquez

Madrid Actualizada 11:53

corona del estado imperial

Corona de San Eduardo

Carlos III lucirá la Corona de San Eduardo en el servicio religioso que le proclame Rey. Está creada con oro macizo sobre el que se montan enormes piedras preciosas como 2.783 diamantes, 17 zafiros, 277 perlas, 11 esmeraldas, además de turmalinas, topacios, rubíes, amatistas, granates o peridotos. Pesa alrededor de 2 kilos y tan solo la luce el monarca durante alrededor de seis minutos. Fue encargado para la coronación de Carlos II en 1661 al joyero de la corona y, desde entonces, la han llevado todos sus sucesores (Imagen de GTRES).

corona del estado imperial

Corona del Estado Imperial

La corona imperial se creó en 1838 para la coronación de la Reina Victoria pero ha sido modificada en varias ocasiones, la última vez en 1937, para coronar a Jorge VI. Desde entonces tiene: cuatro diademas que están compuestas por 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y 5 rubíes. Se intercambia con la corona de San Eduardo al final de la ceremonia de coronación y con ella saldrá a saludar al balcón del palacio de Buckingham.

corona de la reina María de Teck

Corona de la Reina María de Teck

Camilla, Reina consorte, será coronada en una ceremonia más breve y sencilla al terminar la de Carlos III. «La elección de la corona de la Reina María por Su Majestad supone la primera vez en la historia reciente que una corona ya existente sea usada para la coronación de una reina consorte en lugar de fabricar una nueva», explica la casa real británica (Imagen de Royal Collection Trust).

orbe del soberano

Orbe del soberano

El Orbe del Soberano está formado por una esfera de oro hueca, montada con una zona y un arco con racimos de esmeraldas, rubíes y zafiros, rodeados de diamantes talla rosa, cada uno en una montura de esmalte champleve, entre filas únicas de perlas. Durante el servicio de coronación, el nuevo soberano es ungido primero con aceite sagrado, luego se viste con túnicas de coronación y luego se le dota de una serie de ornamentos que simbolizan la naturaleza caballeresca de la realeza. Entre ellos, este orbe de 1,32 kg y otros objetos reales que se detallan a la continuación.

corona

La cuchara y la ampolla

Como manda la tradición, el momento en el que el monarca esté siendo ungido como rey, estará cubierto con un dosel para que nadie pueda contemplar algo tan íntimo entre el monarca y Dios. La ampolla es de oro y tiene forma de águila con alas desplegadas, en ella estará el aceite que ungirá al rey. Una vez tenga el líquido dentro éste se verterá en la cuchara a través del pico del águila, la cuchara de la unción es una pieza del siglo XII.

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Anillos reales

Después de la unción con el aceite sagrado y antes del propio acto de coronar a Carlos III, el arzobispo de Canterbury colocará el anillo en su dedo anular, compuesto por un zafiro octogonal de talla mixta en un engaste de oro recubierto con cuatro rubíes de talla rectangular y uno de talla cuadrada. Hasta el siglo XX se hacía un anillo nuevo para cada soberano. Sin embargo, Carlos III llevará el que se hizo para la coronación de Guillermo IV en 1831.

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La Espada de la Justicia Temporal

Es una de las tres espadas que se llevan desenvainadas, apuntando hacia arriba, en la procesión de coronación, junto con la Espada de la Justicia Espiritual y la Espada de la Misericordia. Representan las virtudes reales y su uso se remonta a la coronación de Ricardo I de Inglaterra, conocido como Ricardo Corazón de León.

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Brazaletes de emblema nacional

La tradición de los brazaletes está relacionada con el liderazgo militar, aunque, según la propia colección real, también se les ha relacionado con la sinceridad y la sabiduría. Carlos III será investido un par que incluyen los emblemas nacionales (rosas, cardos, flores de lis y arpas). A su derecha, los que escogió Isabel II para su coronación, que fueron un regalo de los gobiernos de Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán, Ceilán (actualmente Sri Lanka) y Rhodesia del Sur (el actual Zimbabue).

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Espuelas de oro y terciopelo

Las espuelas simbolizan la caballería y se utilizan desde la coronación de Ricardo Corazón de León en 1189. Las que veremos el 6 de mayo se fabricaron en 1661 para Carlos II, pero se modificaron en 1820 para Jorge IV. También de oro, se sujetan a los tobillos de los soberanos y, en el caso de las reinas, se presentan y luego se colocan en el altar. Cada una de ellas tiene una rosa Tudor y una correa cubierta de terciopelo rojo con bordados dorados.

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Dos cetros de soberano

Son dos los cetros que se utilizarán y cada uno de ellos tiene un significado. El cetro con la Paloma, también conocido como la Vara de la Equidad y la Misericordia, pretende dejar constancia del papel espiritual que tiene el Rey y por eso tiene una paloma con las alas extendidas, como representación del Espíritu Santo. Por otro lado, el Cetro con la Cruz representa el poder temporal del Rey y se compone de una barra de oro, coronada por una estructura esmaltada en forma de corazón que sostiene el diamante Cullinan I.

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