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El Príncipe Andrés alega razones contractuales y el pago de una reforma de 7,5 millones de librasGTRES

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El motivo por el que el Príncipe Andrés está atrincherado en su mansión de Royal Lodge

El hijo de la Reina Isabel está en plena disputa con su hermano, el Rey Carlos III y se niega a dejar su casa ni para que la reformen

Quizá el Rey Carlos III y el Príncipe Andrés nunca alcanzaron a imaginar que la mansión de Royal Lodge, que un día fue propiedad de su abuela y que ha pertenecido a los Windsor desde hace generaciones, acabaría siendo en motivo de una disputa fraternal.

Una guerra fría que nace con la decisión del soberano de que su hermano abandone cuando antes la casa que ahora comparte con su exesposa, Sarah Ferguson, porque considera que se le podía dar un mejor uso. Hay que recordar que el duque de York carece de responsabilidades reales desde que fuera apartado de sus obligaciones. Consecuencias de haber sido denunciado dentro del caso Epstein, de cuya condena se libró después de llegar a un acuerdo económico con su denunciante.

Lo que el hijo de la Reina Isabel II se ha encontrado es la negativa empecinada del Príncipe Andrés. Se niega a salir de esta residencia, ubicada en los terrenos de Windsor y que está valorada en 35 millones de euros. Uno de los posibles usos que Carlos III podría dar a la casa sería para convertirla en hogar de los Príncipes de Gales.

El problema para el padre de Beatriz y Eugenia de York es que teme que si se va temporalmente no le dejen regresar a la que ha sido su vivienda desde hace dos décadas, cuando firmó un contrato de arrendamiento duradero sobre la propiedad para poder vivir plácidamente en ella durante 75 años.

En su lugar, el Rey Carlos le ha planteado a su hermano la posibilidad de instalarse en Frogmore Cottage, la que –de momento– sigue siendo casa de los duques de Sussex. De hecho, el Príncipe Harry se ha alojado allí recientemente las noches que pernoctó en Londres para acudir a su juicio contra los tabloides locales.

La negativa del hijo de Isabel II se ha vuelto obstinante, tal y como informan medios británicos como el Mirror. No quiere abandonarla bajo ningún concepto, pese a que está previsto que se acometa una reforma sobre la vivienda: «Tiene reparaciones en el tejado programadas para finales de este verano que tardarán varios meses en completarse y se le ha aconsejado que permanecer en la casa durante esas renovaciones podría resultar problemático», ha contado una fuente al Daily Mail.

La situación entre hermanos es de alto voltaje. Todavía no se ha colmado la paciencia del Rey Carlos III, pero se baraja la posibilidad de que dé la orden de cortarle el agua y el gas si no abandona la residencia de Royal Lodge en el plazo límite. En este sentido, el Príncipe Andrés ha tenido problemas para sufragar los enormes gastos que genera la vivienda, acuciados después de que se le retirase su asignación como miembro de La Firma.

Como argumentos de defensa, el inquilino se acoge al mencionado vínculo contractual y también a que acometió reformas de 7,5 millones de libras (8,5 millones de euros) que habría pagado él mismo. Desde la prensa inglesa creen que el documento firmado podría dar la razón al ex de Sarah Ferguson: «Se trata de un contrato de arrendamiento entre él y el Estado de la Corona. No es asunto del Rey. Es un asunto del ministro de Hacienda. La única forma de conseguir que se mudara sería a través de un acuerdo: él tendría que aceptarlo». No habrá paz para los Windsor.