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El hotel al que Rafa Nadal iría de vacaciones
Anoche Rafa Nadal pasaba con su mujer Mery Perelló su primera noche en su último proyecto empresarial, el hotel Zel en Mallorca
Así es, por dentro, el primer hotel de Rafa Nadal en Mallorca
Hace menos de un año, Gabriel Escarrer, el recién nombrado presidente del grupo Meliá, que engloba once marcas de hoteles y es nuestro buque insignia hotelero por el mundo, estaba tranquilamente en casa de Rafa Nadal y se pusieron a comentar cómo sería su hotel ideal, ese al que se irían de vacaciones. Posiblemente los dos hombres que más habitaciones hoteleras conocen en el mundo, coincidían en gustos. Ambos estaban alucinados «no te lo puedes imaginar. Estábamos relajadamente en casa y de repente nos pusimos a contar qué es lo que nos gustaba hacer cuando nos íbamos de vacaciones. Hubo tanta coincidencia que ahí surgió la cadena Zel».
Ayer era el primer día que Rafa Nadal y su mujer Mery Perelló dormían en una suite de su hotel, en el que el tenista participa al cincuenta por ciento con los Escarrer. Se llama Zel porque es cielo en mallorquín pero ellos le han cambiado la C por una Z. Rafa sólo puso un par de condiciones; «no quiero fotos mías, ni nada de deportes. Quiero un hotel al que yo iría de vacaciones con mi familia».
Otra de las condiciones es que «haya un beach club en los hoteles que estén en la playa y los que sean de ciudad –están buscando en Madrid–, que haya una terraza donde se pueda ver el cielo». En el caso de Mallorca para el Club de Playa, el chiringuito de toda la vida, se han aliado con Beso Beach de Angie López y Rafa Viar, grábense estos dos nombres. Un lugar en el que los platos te dicen «te como a besos».
Otros deportistas como Ronaldo o Messi también han unido su nombre a una cadena de hoteles, pero Rafa Nadal va más allá y jugará en otra liga. Es un concepto de casa abierta mediterránea. Él es tan español y hace gala con orgullo de ello que todo tiene que tener esa sutil referencia. En el primero que abren, de los 20 que se han puesto como meta en dos años «y que seguramente, en palabras de Gabriel Escarrer, superaremos por la buena acogida que estamos recibiendo» todo hace referencia a la artesanía mallorquina y a los materiales naturales. Pero allí donde se instalen también habrá guiños a la cultura local.
Su seña de identidad, además de las puertas que abre ir de la mano de Rafa Nadal, el que posiblemente sea uno de nuestros mejores deportistas dentro y fuera de las pistas, será la de una casa mediterránea, «que uno llegue y sienta que llega a casa» así me lo repiten como un mantra los dos ideólogos.
Sin pista de tenis
Para empezar no hay recepción, el huésped se hace su propio registro con su teléfono o su tableta y aunque cuenta con todos los servicios de un hotel, el Zel de Palmanova, que tiene categoría de cuatro estrellas, no parece un hotel. Sí, tiene gimnasio 24 horas abierto, pero no es la mega sala de un polideportivo, también cuenta con un pequeño spa y punto. La pista de tenis o de pádel, ni tiene ni se la espera.
Siempre hemos visto a Nadal seguir un ritual de manías en las pistas y uno podría pensar que es un maniático «yo maniático, nada de nada. Soy cero maniático y cuando entro en la habitación de un hotel no cambio nada. Quizás levanto la ceja, eso sí». Digamos que la levanta porque es como tic.
Tampoco es el que más pañales le cambia a su hijo, pero sí el que está disfrutando más de este tiempo que su cuerpo le ha sacado de las pistas y que le permite disfrutar de su paternidad y familia. Tanto es así que llegó rodeado de todos ellos a su hotel Zel y, por supuesto, lo hicieron en dos coches Kia, un deportivo oscuro precioso y un SUV blanco. Y otro detalle de ganador, sus primeras palabras fueron para dar las gracias a la prensa. Así cómo no te vamos a querer, Rafa. Hasta el Zel, como decís en Mallorca y más allá. A las doce de la noche, como Cenicienta y las ordenanzas mandan, Gabriel Escarrer y Rafa Nadal se retiraban a sus aposentos.