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Así es el paraíso de Mohamed VI en Zanzíbar: un antiguo palacio árabe que ha tardado 7 años en reconstruir
Ha sucumbido a los encantos de la isla africana tras pasar años entre Gabón y Francia
Hasta ahora, el paraíso de Mohamed VI se situaba en el cabo de la península de Point-Denis, cerca de Libreville, capital de Gabón. En su mansión rodeada de playas interminables y una naturaleza espectacular, el quinto monarca más rico del mundo se sentía libre. Allí siempre ha tenido la intimidad garantizada gracias a sus buenas relaciones con el presidente, Ali Bongo, amigo de su infancia.
Sin embargo, en agosto Bongo fue depuesto en un golpe militar tras unas elecciones presidenciales marcadas por las denuncias de fraude. La familia Bongo llevaba 56 años en el poder de este país limítrofe con Guinea Ecuatorial, Camerún y República del Congo. Unos hechos que, según el diario marroquí LeDesk, explicarían que haya sucumbido a los encantos de otro paraíso africano, Tanzania, entre Kenia y Mozambique.
Una de sus islas, Zanzíbar, se vende a los turistas como un paraíso donde les esperan más de 30 playas que brillan con su arena blanca y su característico mar azul turquesa. Encantos a los que también terminó cayendo el que llegó al trono como El rey de los pobres y, en poco tiempo, convirtió su monarquía en una vida de lujo desenfrenado.
Era 2016 cuando visitó la zona y adquirió a un extranjero la residencia actual que lleva siete años rehabilitando: un antiguo palacio árabe de estilo omaní cuya obra de reconstrucción corre a cargo de la constructora marroquí BTP y la Société Générale des Travaux du Maroc (SGTM), según ha publicado LeDesk.
Las obras fueron interrumpidas en 2020 durante la crisis sanitaria del coronavirus y ahora se encuentran en su fase final, a la espera también de la contratación de personal, que se encargará del mantenimiento y gestión de la instalación. La prensa local especula con la posibilidad de que Mohamed VI, una de las mayores fortunas de África, se encuentre estos días en Zanzíbar tras su visita oficial a Emiratos Árabes Unidos.
Precisamente en esa misma época, julio de 2020, e instaba Marruecos a que no colapsase los hospitales tras la devastación de la pandemia, la publicación Africa Intelligence desveló que Mohamed VI se habría comprado un espléndido palacete de 80 millones en el distrito VII de la capital francesa en el margen izquierdo del Sena a unos 700 metros de la Torre Eiffel. Una mansión privada construida durante la Belle Époque, justo antes de la Primera Guerra Mundial, en tres plantas, con un ático y una inmensa terraza con vistas al icono más famoso del país galo.
Cuando desea huir del bullicio de la ciudad, no tiene inconveniente en trasladarse a otro castillo en el pueblecito de Betz a 70 kilómetros de París que en 1972 compró su padre, el rey Hassan II. Así lo refleja el documental El rey de Marruecos y Betz, una historia de generosidad, en el que se pone de manifiesto la gracia del monarca al sortear viajes a Marruecos entre la población.