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La última versión de Alves, entre lágrimas: «Me enteré de que me acusaban de violación y se me vino el mundo encima»
Queda visto para sentencia el juicio contra el exfutbolista por agresión sexual: la fiscalía pide nueve años de cárcel, la víctima solicita doce
Daniel Alves está sintiendo la presión de los barrotes de la cárcel y ha roto a llorar. Hasta esta tarde, que ha concluido el juicio, se ha dirimido qué será de su vida en el futuro. Si saldrá de prisión o, por el contrario, seguirá con sus movimientos limitados y comiendo rancho con otros criminales como compañeros.
En la última sesión del juicio ha podido dar su versión. Ha preferido no responder a las preguntas de la fiscalía y de la acusación particular que buscaban ponerle contra las cuerdas. Para ellos, silencio. Solo ha contestado a su abogada: un interrogatorio amable.
Abogada: ¿Recuerda qué hizo?
Alves: Por supuesto. El día 30 quedé con mis amigos para ir a comer en la taberna del Clinic sobre las 14.30 de la tarde. Al principio solo comer y, como hacía mucho que no los veía, se alargo hasta la 1 de la mañana.
Abogada: ¿Cuánto bebieron?
Alves: Pedimos 5 botellas de vino, 2 de whisky.
Abogada: ¿Las que aparecen en el ticket?
Alves: Sí.
Abogada: ¿Las que salen en el vídeo del restaurante?
Alves: Sí.
Abogada: ¿Cuánto pudo beber?
Alves: Dos botellas de vino, más o menos, y media de whisky.
Abogada: Después, ¿qué hicieron?
Alves: A la salida fuimos dirección Nuva y estuvimos un rato tomando una ronda de gintonics. Fuimos en coche, conducía Bruno (su amigo) porque yo bebí bastante.
Abogada: ¿Y después?
Alves: Fuimos a Sutton. Thiago y Ulises se fueron a sus casas y Bruno y yo decidimos ir y llegamos sobre las 2.30. No entramos juntos. Mientras Bruno iba a aparcar yo entré en la discoteca.
Abogada: ¿Pidió el reservado expresamente?
Alves: No. Nos bajaron, porque estaba cerca de la pista de baile. Llego Bruno y yo pedí la consumición. Yo volví al reservado porque tenía que ir al baño. Lo primero que hago es ir al baño. Sé que hay uno porque soy cliente frecuente y siempre me llevan ahí por la comodidad de no cruzar la discoteca e ir al normal. Por seguridad.
Abogada: ¿La puerta del baño estaba abierta?
Alves: Sí. Llegamos al reservado, Bruno y yo y nos pusimos a bailar y beber. Estuvimos durante un rato. Primero vinieron dos chicas. Estuvimos un rato bailando. Luego el camarero invitó a tres chicas. La denunciante y amigas.
Abogada: ¿Estaban incómodas?
Alves: No. Llegaron, saludaron. Pidieron. Empezamos una conversación, a bailar. Nos movíamos. Me acercaba, soy una persona cercana, pero con respeto. Se hicieron fotos. Bailé con las tres. Con la denunciante más pegados. Interactuamos. Disfrutando, pasándolo bien entre todos.
Abogada: ¿Bailaron de forma sexualizada?
Alves: Sí. Cercanos. Rozar sus partes con la mía. Baile típico de discoteca, perrear, pegados y empezamos a intimar más.
Abogada: ¿Puso mano en tus partes intimas?
Alves: Sí, en el momento de perrear y ella tocó mis partes. Cuando ella me tocó, pensé que había atracción sexual y hablé con ella para ir al baño. Ella dijo que sí. No insistí para nada. Cuando habíamos quedado en ir al baño, yo avisé de ir primero y pasado tiempo ella. Me quedé un rato esperando y pensé que ella no iba a venir o no quería.
Abogada: ¿En la puerta le hace un gesto a ella para que vaya?
Alves: No. Abrí la puerta y me di con ella entrando en el baño. Empezamos a besarnos, me empezó a desabrochar los pantalones y la ayudé. Me senté en el wc y ella se agachó y me hizo una felación.
[En este punto Alves describe una relación sexual consentida y voluntaria que va cambiando de postura dentro del baño.]
Alves: Cuando acabó le dije que, para que no nos vieran salir juntos, yo iba primero. No quería que nos vieran.
Abogada: ¿Ella dijo en algún momento que se quería ir?
Alves: No.
Abogada: ¿Se lo impidió?
Alves: No. No estaba obligada.
Abogada: ¿La abofeteó?
Alves: No.
Abogada: ¿Le tiró del pelo?
Alves: No. Soy un hombre no violento. Cuando salimos me quedé en la mesa, hablé con un chico al lado y dije que ella se había ido.
Abogada: ¿La volvieron a ver?
Alves: No.
Abogada: ¿Cómo volvieron a casa?
Alves: Como había bebido demasiado, Bruno me acercó a casa. Llegué y estaba mi esposa dormida en la cama. Me tiré al lado y me dormí.
Abogada: ¿Es lo mismo que ha dicho en otras declaraciones anteriores?
Alves: Lo mismo de la segunda. En la primera, no. Pensé que mi mujer no me iba a perdonar.
Abogada: ¿Cómo se entera de la denuncia?
Alves: Una noticia al día siguiente. Por la prensa. Me mandaron un comunicado de que me estaban juzgando (llora)...
Abogada: ¿Necesita parar?
Alves: No. Me llegó la noticia de que me acusan de violación sexual y se me vino el mundo encima.
Abogada: ¿Contrató a un abogado?
Alves: Sí.
Abogada: ¿Su letrada intentó hacer copia de actuaciones?
Alves: Sí.
Abogada: ¿La dejaron?
Alves: No.
Abogada: ¿Se entregó usted a las autoridades de forma voluntaria el 20 de enero?
Alves: Sí. (llora y se seca la cara). En el despacho de mi abogada.
La fiscalía pide nueve años de prisión y una indemnización de 150.000 euros. La acusación particular solicita doce años de cárcel y ni un solo euro. El juicio ha quedado visto para sentencia.