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El monje ortodoxo griego en el que se apoya Carlos III tras su diagnóstico de cáncer
La espiritualidad se ha convertido en una pieza clave para afrontar su enfermedad
A lo largo de su vida como Príncipe de Gales han sido muchas las veces que Carlos de Inglaterra se ha relacionado de una u otra manera con la Iglesia ortodoxa, un vínculo que no siempre ha sentado bien ya que su futuro como Rey de Inglaterra marcaba lo que hoy es una realidad, y es que el hijo mayor de Isabel II ostenta el cargo de jefe de la Iglesia anglicana.
Prácticas religiosas aparte, lo que es un hecho es que el padre de Guillermo y Enrique mantiene, desde hace más de 25 años, una amistad con el archimandrita ortodoxo Ephraimon, a quien conoció en 1997 cuando, por primera vez, viajó a Grecia para un retiro espiritual tras la muerte de Diana de Gales.
Un vínculo que parece estar mucho más vigente de lo que algunos esperaban, ya que el monje griego ha revelado hace solo unos días que el Rey Carlos III le llamó en busca de apoyo, guía y consejo tras ser diagnosticado de la enfermedad que le mantiene retirado de la primera línea en lo que a sus deberes como Rey se refiere.
El Abad, que ha asegurado que «tenemos muy buena relación» no ha sido el único en aludir a la espiritualidad del Monarca inglés como pieza clave en su tratamiento, ya que una fuente ha hablado con The Sun asegurando que esta manera de ser podría hacer de la convalecencia un periodo menos duro para el que fuera marido de Lady Di: «Charles tiene una sofisticación espiritual, una vida espiritual... Sí, ha estado en contacto desde el diagnóstico y creo que lo superará. No hay distracciones para que pueda meditar, orar y seguir rituales antiguos como levantarse a las 4 de la mañana para seguir la liturgia que adora absolutamente».
Desde noviembre de 1984, cuando Carlos III conoció por primera vez el Monte Athos son muchas las veces que se ha hecho pública la presencia del inglés en el monasterio de Vatopedi. A pesar de que todas y cada una de las veces que se ha hospedado junto a los monjes ortodoxos el entonces Príncipe trataba de pasar desapercibido, los dos guardaespaldas que le acompañaban y el revuelo que su presencia generaba allí terminaban por hacer evidente que el invitado no era una simple persona más.
Según la publicación Λοιπόν, cuando Carlos se aloja en el Monte Athos, pasa sus horas en una celda de 30 metros cuadrados, donde hay una litera, un volumen del Nuevo Testamento y un armario. Su único lujo es contar con un baño privado –algo que no tienen todas las celdas–, pero nada más.
El programa diario para los huéspedes de Athos es el mismo que el de los monjes, incluyendo despertarse antes del amanecer, cumplir con los momentos de oración y participar en las charlas tanto religiosas como filosóficas que entre sus muros se mantienen. Una rutina que el Rey adora y que, según han publicado medios británicos, lleva a cabo tan a menudo, que cuenta ya con una habitación propia en el mencionado monasterio.