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La familia de Lamine Yamal

La familia de Lamine Yamal

Quién es quién en la familia de Lamine Yamal

El joven ha dejado su marca en la historia como el jugador más joven en anotar un gol en la Eurocopa

Con tan solo 16 años, Lamine Yamal ha logrado lo que muchos adultos solo sueñan: conquistar el corazón de todo un país y más allá. Su historia, que mezcla el fútbol, los deberes escolares y una instantánea con Lionel Messi, es tan prodigiosa como inspiradora. Desde que era apenas un bebé en Esplugas de Llobregat, Barcelona, Lamine ya apuntaba maneras. Criado en el barrio obrero de Rocafonda en Mataró, donde cada esquina era un campo de fútbol potencial, Lamine pateaba el balón desde antes de dar sus primeros pasos.

Para el joven futbolista, Mataró no es solo un lugar, es el núcleo de su identidad futbolística. Cada vez que celebra un gol, forma con sus dedos el número 304, el código postal de Rocafonda, en un gesto que simboliza su arraigo y amor por su comunidad. Pero su gran salto a la fama ocurrió con solo cinco meses de edad, cuando fue retratado en brazos de Lionel Messi durante un evento solidario. La fotografía, parte de un calendario benéfico entre el club blaugrana y UNICEF, se convirtió en un símbolo de esperanza y potencial, como si el destino hubiera decidido alinear a dos de las estrellas del futbol.

Aunque ahora brille en la Eurocopa y sea el centro de atención, Lamine no descuida sus responsabilidades escolares. En un divertido vídeo compartido por la Selección Española en redes sociales, explicó: «Voy a clase y cada día me asignan nuevos deberes. Aunque a veces me den más para hacer en casa, los voy completando día a día». Esta naturalidad con la que aborda tanto los retos académicos como los desafíos en el campo, refleja su carácter. Su historia es un recordatorio de que el talento y el trabajo duro abren puertas, pero también de la importancia de la humildad y el apoyo familiar. Detrás de esta figura de responsabilidad, está su familia. La dedicación y el esfuerzo de su padre, Mounir Nasraoui, originario de Marruecos, y el amor y el aliento constante de su madre, Sheila Ebana, nacida en Guinea Ecuatorial, fueron fundamentales en su camino.

En las redes sociales, los padres de este joven de 16 años son sus mayores admiradores, compartiendo orgullosamente imágenes de sus mejores partidos. «Qué bonita es la vida así. Gracias, Dios mío», expresó Lamine después del emocionante triunfo de España ante Francia. De su madre, Yamal contó que antes de los partidos le prepara un plato de arroz con pollo y salsa de cacahuete, una receta de guinea que le ayuda a coger fuerzas.

Sus progenitores están separados pero fue gracias a ellos que Lamine encontró el equilibrio perfecto entre su innato talento y la disciplina necesaria para alcanzar las alturas reservadas solo para los elegidos. Su abuela paterna, Fátima, una mujer de fuerte carácter y corazón generoso, también jugó un papel crucial en su vida. Desde que emigró de Tánger a Madrid en busca de una vida mejor para su familia, Fátima fue siempre el faro que guio a la familia. Trabajó como cuidadora en la capital y luego se estableció en Mataró. Con sus primeros ingresos provenientes del fútbol y el patrocinio de Adidas, Lamine Yamal compró una casa para su abuela al lado de su familia. Y, por supuesto, no podemos olvidar a su pequeño hermano, Keyne, apenas con dos añitos, que ya se ha convertido en el fan número uno de los encuentros deportivos de su hermano mayor.

Ahora, en la cúspide de su adolescencia, Lamine se ha convertido en un símbolo de esperanza y aspiración para todos los jóvenes futbolistas que sueñan con alcanzar las estrellas. Su historia no es solo una historia de éxito deportivo, sino también un testimonio de cómo el amor, el apoyo familiar pueden transformar los sueños en realidad.

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