El paradisíaco refugio de Nacho Cano tras la tormenta mediática, lejos de Madrid

Nacho Cano, envuelto en la tormenta mediática por acusaciones de contrataciones irregulares en su espectáculo Malinche, ha decidido poner tierra de por medio. Las especulaciones sobre la motivación detrás de su detención, ligada a su apoyo político a Isabel Díaz Ayuso, agitaron aún más las aguas ya turbias de la opinión pública. Después de días tumultuosos, el icónico exmiembro de Mecano zarpó hacia su santuario personal en Ibiza, una isla que ha marcado su corazón desde 1982.

Desde hace varios días, Nacho ha encontrado refugio en Villa Tranquila, una impresionante propiedad situada en los escarpados acantilados de San Miguel, donde por cierto, invitó a Isabel Ayuso a disfrutar de unas vacaciones. Esta majestuosa residencia de estilo mozárabe se erige como un símbolo de su amor por la isla, un lugar donde la privacidad se convierte en un lujo invaluable. En una entrevista con la revista Hola en 2017, reveló detalles íntimos de este paraíso personal, destacando su paz y belleza como su refugio ideal para el descanso y la contemplación.

Mostró cómo la casa, extendida sobre cuatro plantas y abarcando 700 metros cuadrados, no escatima en comodidades. Un cine al aire libre invita a las proyecciones bajo las estrellas, mientras una zona de arena es el campo de juego para partidos improvisados de vóley con amigos. La piscina, con vistas panorámicas al mar, añade un toque de serenidad al entorno, complementado por un jardín exuberante adornado con esculturas y elementos decorativos de inspiración zen. Para el músico, un ferviente deportista, el gimnasio completo es esencial, un espacio donde mantener su vitalidad. Además, realiza retiros de yoga en este espacio.

Descendiendo a la planta baja, se despliega una vivienda de 200 metros cuadrados, con un espectacular salón-comedor de suelo de parqué, cocina equipada, despensa, dos dormitorios con terraza y tres baños. En la primera planta, el dormitorio principal ocupa un lugar de privilegio con baño privado, vestidor, terraza y acceso a una sala de uso personal del productor. Dos dormitorios adicionales, dos baños, un distribuidor, un aseo y una zona de lavandería completan la disposición de estas dos plantas, ofreciendo un espacio lleno de confort y funcionalidad.

Pero el romance del artista con Ibiza comenzó en los 80, cuando durante sus conciertos con Mecano se enamoró profundamente. «En el puerto, vi el inicio del edificio Mediterráneo que fue el primero que se hizo en el puerto de Marina Botafoch y decidí quedarme», rememora con nostalgia. Desde entonces, ha sido un inquebrantable devoto de la isla. Pero fue en los años 90 cuando, buscando desligarse de la frenética vida nocturna y acercarse a la serenidad campestre, encontró en Villa Tranquila, ubicada al norte de la isla y alejada del bullicio, su hogar definitivo: un oasis natural que ha frecuentado sin interrupción durante más de cuatro décadas.

«Es un lugar ideal para cultivar el bienestar mental, humano y espiritual. El norte de la isla saca lo mejor de uno mismo», compartió en una entrevista para la Guía Repsol. Por eso, Nacho encuentra en su villa ibicenca no solo un refugio, sino un anclaje emocional que refleja su pasión por la belleza, la tranquilidad y la libertad que solo Ibiza puede ofrecer.