La jubilación de oro de Joe Biden: la mansión en la que vivirá tras abandonar la Casa Blanca

Durante la mayor parte de sus 44 años de carrera en el sector público, el presidente electo Joe Biden tuvo un apodo: Joe, el de clase media. También solía llamarse a sí mismo «uno de los miembros más pobres del Congreso». Sus orígenes humildes –nacido en Scranton (Pensilvania) y con padres que sufrieron varios reveses económicos– fueron una parte importante del plan de su campaña presidencial de 2020 para atraer a los votantes estadounidenses.

Pero según el Wall Street Journal, la razón por la que Biden se encontraba a menudo en el último lugar de la escala de riqueza entre sus colegas del Senado tenía mucho que ver con su obsesión de toda la vida con el real state, es decir, el negocio inmobiliario. «Incluso cuando era un niño en la escuela secundaria ya me habían seducido», escribió en su autobiografía de 2007, Promises to Keep .

Biden empezó a comprar casas, especialmente las que estaban fuera de su presupuesto, cuando tenía veintitantos años. Firmó varias hipotecas y recibió préstamos con pólizas de seguro de vida como garantía. Su patrimonio neto era a menudo negativo y, en 2007, fue clasificado como el senador estadounidense menos rico.

Sin embargo, que tomase tantos riesgos a la hora de comprarse varias propiedades le ha asegurado, ahora que abandonará la Casa Blanca, una jubilación de oro. Y eso que está claro que ahora mismo no pertenece a la clase media. El presidente electo de 81 años posee un patrimonio estimado por Forbes de 9 millones de dólares, gran parte de los cuales provienen de honorarios por conferencias y contratos de libros que llegaron después de su vicepresidencia en el mandato de Obama.

De esa cantidad, 4 millones están puestos en impresionantes propiedades estadounidenses que nada tienen que envidiar a la Casa Blanca. Su favorita es la que se sitúa en Greenville (Delaware). En 1996, Biden compró un terreno por 350.000 dólares un terreno sobre el que construyó una vivienda de 700 metros cuadrados y tres alturas cuyo valor ahora supera los 2 millones de dólares. Cuando su hijo Beau estaba luchando contra el cáncer cerebral, Biden consideró vender la casa para ayudar a pagar los tratamientos, pero el presidente Barack Obama lo desaconsejó y se ofreció a prestarle el dinero. Pese a todo, el joven de 46 años terminó falleciendo.

Veinte años después de adquirir esta, en 2017, los Biden compraron otra casa en Delaware, pero, en esta ocasión, en la zona de costa. Con vistas al parque estatal Cape Henlopen y a solo un par de manzanas de la playa, la propiedad de tres pisos tiene seis habitaciones, amplios porches, vistas al océano Atlántico y un patio trasero construido para el entretenimiento, con una cocina al aire libre, barbacoa y chimenea.

«A lo largo de nuestras carreras, Jill y yo hemos soñado con poder comprar un lugar en la playa en casa donde podamos traer a toda la familia. Nos sentimos muy afortunados de poder hacer que eso suceda ahora y estamos ansiosos por pasar tiempo con nuestra familia en el lugar que más nos importa en el mundo», explicó en un comunicado. Con su agenda libre a partir del mes de noviembre, Joe Biden dispondrá de todo el tiempo que quiera para hacerlo.