El 'palco VIP' de Rafa Nadal en los JJ.OO. de París

En el mundo del tenis, pocos nombres resuenan con la misma fuerza que el de Rafa Nadal. Sin embargo, tras cada golpe certero y cada victoria aplastante, hay una historia menos contada pero igualmente esencial: la de Ana María Parera, la madre del campeón.

«Detrás de cada gran hombre, siempre hay una gran mujer,» y en el caso de Rafa Nadal, este dicho cobra una especial significación con Ana María. Su apoyo incondicional y su dedicación total a la carrera de su hijo son dignos de admiración. Aunque se mantuvo en un perfil bajo durante los inicios de la carrera profesional de Nadal, su papel fue crucial. Cuando Rafa decidió embarcarse en su aventura profesional en el tenis, Ana María, que viene de conocida familia de Manacor que se dedica a los negocios de muebles, tomó una decisión valiente: cerró su perfumería en la ciudad de Mallorca para acompañar y apoyar a su hijo en cada paso de su trayectoria.

Este gesto de sacrificio no solo marcó el inicio de una carrera brillante, sino también el comienzo de un vínculo aún más profundo entre madre e hijo. Ana María no solo ha estado en la grada celebrando cada punto ganado, sino que ha sido una fuerza estabilizadora en la vida de Rafa, proporcionando el soporte emocional necesario para enfrentar la presión y los desafíos del deporte de alto nivel.

Además de su rol como madre, ha asumido un papel significativo en la Fundación Rafa Nadal, donde actúa como presidenta. Su influencia en esta organización no solo refleja su dedicación a su hijo, sino también su compromiso con la comunidad, ayudando a llevar adelante los valores y la visión que Rafa tiene para su fundación.

Pero, la matriarca del clan, ha mostrado también su estilo y elegancia en los eventos deportivos, como en los Juegos Olímpicos, donde fue vista luciendo una blusa bohemia en rojo y blanco, destacándose entre la multitud con su presencia y su apoyo a Rafa y a su compañero Carlos Alcaraz. Incluso ha acaparado titulares en revistas especializadas en moda.

Pero la relación de Ana María con su familia va más allá de los torneos y el tenis. Es habitual verla paseando a su nieto, Rafael Nadal Perelló, de dos años, por las pintorescas calles de Mallorca junto a Mery, con quien una excelente relación.

El amor resiliente de sus padres

Si bien Rafa Nadal confirmó la separación de sus padres en 2009, se habló de una reconciliación entre Ana María y Sebastián. Además hay fotos de ellos juntos viendo el Roland Garros en París este mismo año. Lo que sí es indiscutible es el sólido apoyo familiar que caracteriza al clan Nadal. A pesar de su separación, Ana María y Sebastián han mantenido un firme compromiso con Rafa y sus hijos, contribuyendo significativamente al éxito del tenista y al bienestar general de la familia. Esta unidad familiar ha sido un pilar esencial en la vida de Rafa.

En su autobiografía Mi historia, Nadal reveló que la separación de sus padres le afectó profundamente, describiendo el evento como un golpe emocional que lo llevó a una etapa de depresión y pérdida de entusiasmo por la vida. Así, queda claro que el éxito no solo se construye en las canchas, sino también en el núcleo familiar.