El Rey regresa a París para apoyar a los olímpicos en una jornada con importantes citas para el equipo español
Los juegos entran en su última semana y Don Felipe toma ahora el testigo dejado por la Reina. La prensa inglesa apunta a una inminente visita a Paris del Príncipe Guillermo, acompañado por Kate o por sus hijos mayores
Como señaló el Rey en las palabras que dirigió en París a los olímpicos españoles el día antes de la inauguración de los Juegos, «intentaremos acompañaros en el mayor número de pruebas posible». Con tal fin, anticipó, los miembros de la Familia Real planeaban «distribuir» se presencia en las diferentes pruebas, citando también a la Reina Sofía. Primero fue el turno de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, más tarde cogió el relevo la Reina, quien permaneció en París hasta el pasado sábado y desarrolló una intensa, cercana y entusiasta actividad. Además de su presencia en el desarrollo de diferentes competiciones, Doña Letizia visitó la villa olímpica, donde almorzó con deportistas, y la Casa de España, donde tienen sus oficinas el COE y trabajan varios equipos de profesionales de la radio y televisión, a los que fue a visitar.
Como hicieron sus hijas a principios de semana, la Reina charló animadamente, se hizo selfies y fotografías con deportistas, voluntarios, aplaudió desde la grada y felicitó a los deportistas tras las competiciones. Vestida con polos de diferentes colores de la equipación olímpica, pantalones tipo vaquero y deportivas blancas, la Reina hizo gala de una gran naturalidad y espontaneidad, así como un fervor deportivo que ya demostró el año pasado en la final del mundial de futbol femenino en Australia. La presencia real española, tanto de Doña Letizia como de sus hijas, ha sido ampliamente recogida por los medios de comunicación internacionales y la propia Casa Real ha dado cuenta de ella estrenando un nuevo estilo informativo muy comentado en su cuenta de Instagram, que ha experimentado un notable incremento en el número de seguidores.
Ahora es el turno del Rey, que llega a París procedente de Palma en la semana clave para las competiciones por equipos y en el atletismo, por lo que es previsible su presencia en el Estadio de Francia, al que todavía no ha acudido ningún miembro de la Familia Real española. Siguiendo una ley no escrita, es costumbre que los dignatarios acudan a apoyar al mayor número de disciplinas diferentes y su presencia suele ser más habitual en aquellas pruebas donde hay más posibilidad de obtener alguna medalla o un buen puesto. Si se aplica esta lógica, es probable que veamos a Felipe VI asistiendo a escalada deportiva, joven modalidad olímpica en la que España consiguió el oro en Tokio 2020, y en natación artística, en la que el combinado español, proclamado hace un mes campeón de Europa, parte como uno de los favoritos.
En los grandes estadios olímpicos como los de natación o atletismo, hay un número de asientos reservados en sus principales tribunas a las autoridades, por lo que es allí donde con seguridad veremos al Rey junto a otros mandatarios, miembros de familias reales y altos cargos deportivos. No ocurre así en los estadios más pequeños, y esta es la razón de que hayamos visto a la Reina y a sus hijas, o a otros monarcas, en localidades no preferentes en algunas ocasiones. El engranaje de protocolo de los juegos es muy complejo e incluye un equipo de 150 voluntarios de diferentes países que se encarga de coordinar estas visitas, acompañar a los VIP y hacer de enlace entre las autoridades y la organización. Un dispositivo complejo y bien sincronizado que al mismo tiene que ser enormemente flexible, porque en muchos casos no se anuncia con anterioridad que autoridad va a ir a uno u otro estadio o depende de cómo vayan avanzando los deportistas de sus diferentes países en las pruebas.
La mayor presencia de miembros de la familia real, como suele ocurrir en estos grandes eventos, se produjo en la ceremonia de inauguración. Algunos miembros de las familias asistentes prologaron su estancia en Paris, como los Reyes de Holanda y sus dos hijas mayores, que han protagonizado algunas de las imágenes más entusiastas e informales. Un incondicional de sangre azul de las citas olímpicas presente en Paris es Alberto de Mónaco, que en los primeros días acudió acompañado de sus hijos y su mujer y ahora lo hacer solo. Los Grimaldi tienen una especial vinculación con el olimpismo. Alberto II es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 1985 y del Comité Olímpico Monegasco desde 1994, y es miembro de la Junta Honoraria del Comité Paralímpico Internacional. El mismo es olímpico de juegos de invierno y hay que recordar que su abuelo materno, John B. Kelly Sr., padre de Grace Kelly, fue triple campeón olímpico en remo y precisamente fue en Paris1924 donde tuvo sus mayores éxitos.
Un caso un tanto particular es el de la Princesa Ana de Inglaterra, también veterana miembro del COI. Se trata de la integrante de una familia real que más tiempo lleva en Paris, aunque no acudió a los actos oficiales organizados por Macron ni tampoco a la ceremonia inaugural. Si bien en estos días se la ha visto apoyando a los atletas ingleses en diferentes modalidades deportivas, lo cierto es que su presencia es casi diaria en Versalles, sede de las pruebas ecuestres, por las que la hija de Isabel II siente tanta pasión. Así las cosas, la prensa inglesa se pregunta de forma cada vez más insistente por la presencia más activa en París de algún miembro de la familia real en apoyo a sus deportistas. La muy comentada ausencia del Príncipe Guillermo se justifica en función de que podría aparecer en Londres acompañado de su mujer, si su estado de salud se lo permite. Los principales medios británicos dan por seguro la presencia del Príncipe Guillermo, solo o acompañado por su esposa o por sus hijos mayores esta semana en la capital francesa.