Entramos en el cuartel general de la familia olímpica española en París que han visitado los Reyes
El Rey Felipe VI puso ayer fin a su segunda jornada en Casa España
Don Felipe cerró ayer su segundo e intenso día en París en Casa España, que viene a ser el cuartel general de la familia olímpica española en París durante los Juegos. Allí es donde los responsables del COE han instalado sus oficinales provisionales, cuyos despachos y dependencias el Rey visitó ayer con interés, preocupándose por las condiciones de trabajo en París de profesionales y voluntarios españoles. Casa España también acoge a parte de la prensa acreditada en París, que dispone de diferentes espacios de trabajo, principalmente estudios y sets de radio y televisión. Al igual que hiciera la Reina la semana pasada, el Rey departió largo rato y de manera muy cercana con los periodistas y también celebró con las olímpicas españolas de baloncesto femenino 3x3 su meritoria medalla de plata.
Casa España es lugar de trabajo y también de celebración y encuentro de la familia olímpica y el Rey quiso acudir por la noche, tras presenciar la brillante actuación de las chicas de natación sincronizada, precisamente para conocer este ambiente distendido y de gran compañerismo que se vive en él, como ya hiciera Doña Letizia. Todos los deportistas españoles que han subido al podio pasan por el reciento, celebran en él sus triunfos y también se olvidan de aquellas platas que pudieron ser oros. «Con jamoncito y entre compatriotas, Alcaraz disfrutó mucho la otra noche, se olvidó de sus lágrimas», comenta a El Debate un voluntario que disfrutó de la velada. De acceso exclusivo con acreditación, Casa España está abierta exclusivamente a profesionales, voluntarios, prensa y patrocinadores de los distintos equipos olímpicos españoles, a diferencia de lo que ocurre en otras casas. Estos últimos pueden llevar una serie de invitados al día a vivir este ambiente festivo y esta atmósfera tan especial en virtud del apoyo que prestan al deporte español. También se aprovecha para hacer networking y para promocionar productos españoles, pues Casa España se ha convertido en auténtica «embajadora oficiosa» de la gastronomía patria donde el pata negra es la estrella, un manjar muy apreciado incluso por los campeones, que aunque suben al podio no lo pueden disfrutar en la Villa Olímpica. En sus diferentes modalidades, bien cerradas al público o abiertas, las casas presentes en París están diseñadas para reflejar la identidad y el patrimonio cultural de sus respectivos países en su decoración, música y comida típica como elemento común, y en su afán por crear una atmósfera festiva y de la celebración.
Casa España se encuentra en un histórico edificio que en realidad lleva haciendo patria décadas, el Colegio de España en París, que abrió oficialmente sus puertas en 1935, dentro del recinto de La Cité, considerado el primer campus internacional del mundo. Un acuerdo suscrito entre el Ministerio de Educación y el COE ha permitido que este organismo «tome» literalmente este verano el histórico centro, que acoge habitualmente a estudiosos e investigadores españoles (funciona como colegio mayor), y permanece cerrado en agosto tradicionalmente. Aunque ahora tenga, digamos, el marchamo de Casa España del COE, no deja de seguir siendo el histórico Colegio de España, razón por la cual, el Rey fue ayer recibido, entre otras autoridades, por su director, Justo Zambrano, quien le recordó que el reciento fue reinaugurado, tras años de cierre, por sus padres, Don Juan Carlos y Doña Sofía en junio de 1987. Don Felipe explicó en la conversación que él ya había estado en él siendo Príncipe de Asturias, una visita importante teniendo en cuenta la relevancia de la institución y sus estrechos vínculos con la Casa Real.
Tras la Primera Guerra Mundial, Francia decidió establecer en París una especie de ciudad jardín, La Cité, donde los estudiantes de diversos países pudieran vivir en estrecha convivencia y solicitan a diferentes países su participación. En esa misma época, se funda en España un Comité hispano-francés con la finalidad de convencer a las autoridades españolas de la construcción de un pabellón español en la Cité Universitaire de París. El Rey de España, Alfonso XIII, el Duque de Alba y el Embajador de España en París, José María Quiñones de León, se interesan por el proyecto. En julio de 1927, se aprueba el Real Decreto por el cual se decide su construcción. Previamente, el Rey Alfonso XIII había escogido personalmente los terrenos que ayer, en calidad de Rey de España, por primavera vez pisó su bisnieto.