Tamara Falcó, más trabajadora que nunca, durante sus vacaciones de amor y lujo

Cualquiera diría que los marqueses de Griñón están de vacaciones. Y menos que son vacaciones de superlujo. Desde que la pareja puso un pie en las islas Seychelles, ni un solo día ha dejado de mostrar su viaje al detalle en las redes sociales.

Partían desde Madrid el pasado día 8 y hasta hoy han ido compartiendo sus aventuras diariamente en Instagram. Cada día, un nuevo contenido.

Teniendo en cuenta que hacer fotos, vídeos y posar ante la cámara siempre con buena cara es todo un esfuerzo, y que requiere una gran dedicación, podemos pensar, sin temor a equivocarnos, que Tamara Falcó y su marido Iñigo Onieva no han parado de trabajar durante estas vacaciones en el paraíso del océano Índico, donde - en teoría- descansan.

Las fotos de un hotelazo de superlujo en el que se alojan, -en una cabaña de alrededor de dos mil euros noche, con vistas increíbles- que en todo momento promocionan, y un viaje en helicóptero desde el aeropuerto a la isla donde se alojan, fueron las primeras pistas de que algo nos iban a contar de este viaje de amor y lujo que comenzó el 8 de agosto.

El viaje está siendo narrado en su particular cuaderno de bitácora al detalle. El ultimo contenido, Tamara Falcó muestra su habilidad como pintora de paisajes locales.

Luciendo unos estilismos impecables, como ella acostumbra, por algo es hija de la siempre elegante e impecable Isabel Preysler, y con la mejor de las sonrisas, Tamara Falcó da todos los detalles de este maravilloso viaje, seguramente patrocinado, por algo ella es influencer, que ya dura más de una semana.

Besos, abrazos, paseos con tortugas gigantes, clases de cocina, suculentos manjares en carísimos restaurantes y mucho amor. Íñigo Onieva tiene una gran misión con la cámara al hombro para hacer retratos profesionales de su pareja. Celebran un año de casados, disfrutan y comparten públicamente su disfrute sin reparo. La familia Iglesias Preysler les da ánimos y alaba sus publicaciones. También hay críticas anónimas de fans algo envidiosos.

«Visita al parque de Valle de Mai, Patrimonio de la UNESCO. @ionieva y yo hemos podido ver la semilla más grande del mundo: el coco de mer», detalla Tamara Falcó sobre su plan del pasado sábado, acompañando la información con sus fotos correspondientes al detalle. Lo dicho, todo un trabajo.

«El agua cristalina, el clima, la vegetación y las playas aquí son una maravilla», también dice Tamara en sus textos, para dejar claro que el paraíso existe. Cada paso que da lo comparte -sonriente y favorecida- en su perfil de Instagram. Once días, once contenidos. Minuto a minuto desde que puso un pie en las islas. Una tarea que, sin duda, agota.

De momento, hemos visto a Tamara Falcó cocinando, posando en traje de baño, paseando entre tortugas, volando en helicóptero, descubriendo la vegetación autóctona, visitando playas y parques como el Valle de Mai, y dibujando feliz como una chiquilla.

Y hemos visto también el lado más personal de la pareja en este fascinante viaje, generosamente publicitado, compartiendo románticos momentos con beso apasionado incluido. La visibilidad del destino desde luego está siento un éxito. El viaje, a juzgar por las fotos que publica la pareja más popular de la crónica rosa de los últimos tiempos, también.