Daniel Sancho, condenado a cadena perpetua por el asesinato con premeditación de Arrieta
La pena, que se acaba de conocer, descarta la pena de muerte, pero condena al hijo de Rodolfo Sancho a pasar lo que queda de su vida entre rejas y a pagar una indemnización a la familia de Arrieta de 119.000 dólares
Se ha librado de la pena de muerte, de que lo ejecuten, pero Daniel Sancho deberá pasar el resto de su vida en prisión. No saldrá jamás. Al menos eso es lo que dice la sentencia de primera instancia. Queda la posibilidad de que la familia recurra, pero las fuentes consultadas por El Debate niegan la posibilidad de que el resultado cambie: las pruebas son contundentes.
La justicia de Tailandia ha valorado los indicios y ha decidido que el hijo de Rodolfo Sancho planificó el crimen: compró los cuchillos, alquiló una casita alejada y se llevó allí al ciudadano colombiano con la idea de matarlo.
Después para evitar ser detenido y condenado, troceó su cuerpo y se deshizo de las partes tirándolas al mar y a un vertedero. Su plan no salió bien. Descubrieron los restos humanos y, aunque el joven se hizo el sorprendido, le acabaron pillando. Sancho confesó la muerte del cirujano plástico. Dijo que golpeó a Edwin y lo mató: reventó su cráneo contra el borde del lavabo más cercano.
Este fallo, que también le condena por el descuartizamiento y ocultación de cadáver y por la destrucción del pasaporte de la víctima, demuestra que la estrategia de los abogados españoles de Rodolfo Sancho ha sido equivocada desde el primer momento: el tribunal no se ha creído la defensa propia, ni que Edwin pegó a Daniel primero (de lo que no hay prueba alguna, pero los abogados defienden), ni que fue un crimen accidental: fue un brindis al sol decir que compró los cuchillos para grabar un vídeo de cocina, una excusa peregrina. De hecho el tribunal usa ese dato, entre otros, para hablar de premeditación. Quizá lo sorprendente para algunos entendidos es que con las evidencias que había sobre la mesa la condena no haya sido de pena de muerte que es lo que pedía la fiscalía.
La única esperanza de la familia Sancho es el Rey de Tailandia. Él puede decidir lo que quiera, incluso mandar a Sancho de regreso a España. Ahora es el momento de la diplomacia, aunque si los abogados de Sancho recomiendan recurrir la sentencia, quizá la situación se encone y la medida de gracia se aleje.
Si la defensa decide recurrir, tiene de plazo 60 días para hacerlo durante el periodo de apelaciones, aunque hay una segunda vía directa al Supremo que puede tardar un año. Lo que todavía no se conoce es si Daniel va a permanecer en la cárcel de actual, donde no hay hacinamiento y la seguridad es elevada. Cabe la posibilidad de que el juez lo mande a la prisión de alta seguridad de Bang Kwang, al norte de Bangkok, conocida como Gran Tigre. Allí se hacinan más de 8.000 reclusos, cuando fue construida para albergar unos 3.000.
Dicen de esta prisión que es de lo más insalubre de Tailandia, que es insegura y que se come a los hombres vivos, por eso la conocen como el Gran Tigre. La familia de Edwing Arrieta desde Tailandia se muestra satisfecha con la sentencia. Es la que ellos querían, cadena perpetua. Dentro de su profunda fe aseguran que la vida solo la debe quitar Dios y que ellos no querían la pena de muerte.
Los abogados españoles de Sancho anuncian que recurrirán
La justicia tailandesa establece dos recursos de apelación, en un Tribunal de Apelaciones y ante el Tribunal Supremo, antes de dejar en firme la condena. La abogada señaló que «respetan» la decisión del tribunal, pero que no se esperaban una condena a cadena perpetua. Por su parte, el letrado Marcos García-Montes precisó que aún no han tenido acceso a la sentencia, por lo cual todavía tienen que «estudiar» su contenido antes de presentar el recurso.
«Nuestra argumentación (de defensa) es muy solida. Respetamos la decisión del tribunal, pero que tenemos unas vías para acudir», subrayó el abogado español, que al igual que Bafalgón, no pudo entrar en la sala durante la lectura de la sentencia.