La familia Arrieta, firme creyente católica, no quería la pena de muerte: «Se ha hecho justicia»

«Se ha hecho justicia». Con estas palabras Juango Ospina, el principal abogado de la familia de Edwin Arrieta, rompía su silencio tras conocer la sentencia a cadena perpetua de Daniel Sancho por el asesinato premeditado del cirujano colombiano. Lo hacía a través de Instagram stories, donde ha dado una primera valoración de la sentencia en once contundentes puntos.

En ellos, letrado daba las gracias a todas las personas que les han enviado «mensajes de cariño y fuerza y a los medios de comunicación que han empatizado con la víctima». Además, incluye entre sus agradecimiento al Tribunal de Koh Samui «por haber dictado una sentencia sólida en base a la prueba practicada en el juicio oral» y la Fiscalía de Tailandia «por su trabajo riguroso en el juicio».

Horas después, Juango Ospina y Beatriz Uriarte reciben en una rueda de prensa a medios de comunicación como El Debate para extender su parecer. «La familia no puede más que sentirse tremendamente agradecida. Hemos visto fin a un camino que comenzó hace un año. Ha quedado claro lo que hemos defendido, asesinato premeditado. La sentencia deja claro que planeó y premeditó la muerte de Edwin Arrieta, que es la única víctima de este proceso», ha comenzado Iriarte.

Aseguran que quedan dos recursos posibles, pero se muestran tremendamente esperanzados de que ninguno de ellos aligere la sentencia. Además, revelan que la familia del fallecido se ha emocionado al conocer la sentencia y reconoce que está satisfecha con la resolución judicial, tras la que podrán comenzar un «duelo para terminar el sentimiento profundo que llevan sufriendo desde el 2 de agosto de 2023».

Aunque la sentencia tardará en llegarles aún dos días, procesalmente se muestran felices con el fallo de la misma ya que refleja el sacrifico que llevan realizando desde septiembre de 2023, momento en el que Darling Arrieta entró por la puerta del despacho Ospina Abogados.

También convienen en recordar que Daniel Sancho no ha hecho más que aumentar el dolor de las dos familias, Arrieta y Sancho, con sus teorías sobre el aparente abuso y acoso personal sufrido por el médico. «Aumentó el dolor, la ansiedad y el sufrimiento de ambos», sentencia Ospina. Segundos después aprovecha la ocasión para asegurar que la familia Arrieta nunca ha pedido la pena de muerte del hijo de Rodolfo Sancho. Sus profundos sentimientos cristianos les impedía hacerlo. «Lo que desean es un perdón sincero y humano ante el dolor de unos padres y una hermana que nunca pudieron despedirse de él».

Ospina, a su vez, reconoce que la motivación de la familia no ha sido económica, sino para que se haga justicia. Entienden que así ha sido gracias a la responsabilidad civil y judicial a la que se ha sometido a Daniel Sancho. Si no abona la indemnización por el daño producido, los abogados pueden embargar el dinero que su familia le manda de forma periódica para disfrutar de ciertos privilegios en prisión. Fue la propia corte tailandesa la que empatizó con el sufrimiento y desveló la posibilidad del bloqueo económico ante su falta de resarcimiento.

Respecto a la posibilidad de que Sancho cumpla condena en España, «la familia Arrieta no se opone a la aplicación de la ley para que sea extraditado. Los requisitos para ello son un perdón sincero y real, no tanto procesal argumentado por un conjunto de abogados. Si llega ese perdón sincero, serán las propias leyes tailandesas las que, habiendo cumplido la reparación moral y económica, puedan iniciar el proceso para que cumpla la condena en nuestro país». Teniendo en cuenta que en España no hay cadena perpetua, habría que aplicar la pena máxima del ordenamiento jurídico: 25 años. Comenzaría, entonces, un largo proceso judicial con el que conseguiría una reducción de la pena, un tercer grado y, en última instancia, la libertad.

La pena mínima para cumplir en Tailandia serán 8 años. Será entonces cuando el país debe dar el permiso para que Sancho pueda cumplir el resto de la pena en España. «Es un proceso muy largo en los que Daniel Sancho tiene que cumplir con esa reparación del daño. Estamos a años luz, aunque sabemos que se ha puesto a llorar cuando ha conocido la sentencia. Que sepa que sus padres y su hermana llevan llorando desde el 2 de agosto de 2023. Echan en falta un grado de humanidad y les sobra esa concepción occidental de estar por encima del bien y del mal», comenta Ospina.

Además, tanto Ospina como Uriarte reconocen que allí no se ve con buenos ojos recurrir una sentencia cuando ha sido lo suficientemente benévola teniendo en cuenta la premeditación del asesinato. El plazo para recurrir, desde el momento en que llega, es de un mes.

Por su parte, la familia del fallecido ha querido mandar un mensaje de compasión y comprensión hacia Silvia Bronchalo y Rodolfo Sancho, ya que consideran que no son responsables de los actos «atroces» por los que ha sido condenado su hijo.