El Duque de Gloucester, la antítesis del Príncipe Harry: el deber por encima del capricho
A sus 80 años recién cumplidos, el primo hermano de Isabel II sigue representando a la Corona, tras haber renunciado a una prometedora carrera de arquitecto y haberse desprendido de su castillo
La vida de Richard Alexander Walter George Windsor, Su Alteza Real, el Duque de Gloucester desde 1974, dio un giro inesperado el 28 de agosto de 1972: aquel día su hermano mayor, el Príncipe William fallecía en el transcurso de una exhibición aérea celebrada cerca de Wolverhampton. Estaba al mando de su avioneta Piper Cherokee. Para el Príncipe Richard, la tragedia suponía, además de la pérdida de su hermano y compañero de juegos, el abandono de su carrera de arquitecto para dedicarse a tiempo completo a labores de representación de la Familia Real, en nombre de la Reina Isabel II, su prima hermana.
Hasta aquel fatídico día, el Príncipe Richard, educado en Eton, licenciado en Arquitectura por la Universidad de Oxford y titular de un máster en la especialidad obtenido en la Universidad de Cambridge, prestaba sus servicios en el Estudio Huny Thompson de Londres. Para cuando acaeció la tragedia de Wolverhampton, el Príncipe Richard ya estaba casado con la danesa Birgitta Van Deurs, a la que conoció en Cambridge. Hoy en día, los Duques de Gloucester son padres del conde de Ulster, lady Davina Lewis y lady Rose Gilman y abuelos de varios nietos.
Tres hijos que crecieron con unos padres que recorrían de cabo a rabo el Reino Unido, y a veces parte de la Commonwealth, inaugurando hospitales, exposiciones temporales o nuevas conexiones ferroviales, entregando premios de excelencia empresarial y cultural o estandartes a regimientos, o representando a Isabel II en funerales o en ceremonias de diversa índole, como las celebraciones del inicio del pontificado de Francisco. La Reina, además, encargó a su primo el gran maestrazgo de la Orden de San Juan, una versión anglicana de la Orden de Malta, muy activa en el sector humanitario, tanto en el Reino Unido como en el resto de los países que configuran la Commonwealth. En su condición de Gran Maestre, el Duque de Gloucester preside las investiduras de nuevos caballeros y supervisa los proyectos solidarios de la Orden.
En paralelo, el Duque es coronel jefe de cinco regimientos en el Reino Unido, uno en Australia y otro en Nueva Zelanda, ostenta el rango de Air Marshal —equivalente al de teniente general— con carácter en la Real Fuerza Aérea y preside diversas asociaciones relacionadas con el Patrimonio Histórico, una forma de mantener los vínculos con el mundo de la Arquitectura y también con el Rey Carlos III, compartiendo ambos gustos estéticos e intelectuales. De hecho, el actual monarca siempre ha sido muy próximo a los Gloucester: consideraba al Príncipe William como una especie de hermano mayor que nunca tuvo, sosteniendo algunos autores que nombró a su hijo mayor, el actual Príncipe de Gales, en memoria de aquel tío fallecido prematuramente.
Tíos del Rey son los Príncipes William y Richard, pero de su generación: hijos del Príncipe Enrique, Duque de Gloucester, tercer vástago del Rey Jorge V y de la Reina Mary, buen general de Caballería y discreto, por no decir mediocre, gobernador general de Australia en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, los dos hermanos Gloucester nacieron cuando sus padres —su madre era la Princesa Alicia, hija del duque de Buccleuch y Queensberry, primer terrateniente del Reino Unido— ya habían entrado en la cuarentena.
Más allá de estas peripecias vitales, el actual Duque de Gloucester, que sucedió a su padre cuando ya había muerto su hermano, ha hecho grandes sacrificios por mantenerse leal a la Corona. El principal ha consistido en tener que vender su castillo de Barnwell, en Northamptonshire, al que no ha podido dedicar la suficiente atención para poder mantenerlo, ocupado que estaba por sus obligaciones oficiales. Pero el sacrificio ha merecido la pena: tanto el Duque como la Duquesa son caballeros de la Orden de la Jarretera y mantienen su prestigio intacto.