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La silenciosa labor filantrópica de Esther Koplowitz y sus hijas
Además de una inmensa fortuna, Esther Koplowitz y sus hijas comparten una profunda pasión por las causas sociales
Vestida con un traje blanco inmaculado, la destacada empresaria Esther Koplowitz ha celebrado los 20 años de su entregada colaboración con personas con discapacidad física y psíquica. En esta ocasión tan significativa, se trasladó a Valencia para asistir, junto con la alcaldesa María José Catalá, al acto conmemorativo del vigésimo aniversario de la residencia ‘La Nostra Casa’, situada en la calle de la Valle de la Ballestera, en Campanar.
Es una residencia de día dedicada al cuidado de adultos afectados por diversas formas de discapacidad física y psíquica. Esta institución ha brindado atención a aquellos que, debido a sus circunstancias personales, no tenían la oportunidad de recibir los cuidados adecuados, ya sea en un entorno familiar o domiciliario.
Acompañada por sus hijas, Esther Koplowitz asistió al evento con la misma discreción que ha caracterizado su vida personal y profesional. Las tres hermanas Alcocer Koplowitz, descendientes del matrimonio entre Esther y el empresario Alberto Alcocer, han seguido el ejemplo de su madre en cuanto a mantener un perfil bajo, aunque no han dudado en apoyar con firmeza su labor filantrópica.
La residencia ‘La Nostra Casa Vall de la Ballestera’, con una extensión de más de 6.000 metros cuadrados, ofrece 60 plazas residenciales distribuidas en módulos adaptados según el grado de discapacidad, además de 42 plazas para centro de día. Esta destacada infraestructura fue realizada gracias al mecenazgo de la Fundación Esther Koplowitz, que asumió la construcción y dotación del equipamiento. El proyecto no solo incluyó la rehabilitación de una antigua alquería del siglo XVI, sino también la edificación de un moderno edificio de una planta para los residentes, con espacios interiores ajardinados y amplias zonas comunes. En 2004, la residencia fue generosamente donada al Ayuntamiento de Valencia.
Esto deja claro el compromiso inquebrantable de Esther y sus hijas con la filantropía. La magnitud de su dedicación se refleja en la diversa y extensa gama de proyectos que la Fundación respalda, con inversiones sustanciales en causas de alto valor y un firme apoyo a iniciativas humanitarias de vital importancia.
En Madrid
Un ejemplo resplandeciente de este compromiso fue el reconocimiento que la empresaria Alicia Alcocer Koplowitz recibió hace dos años. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entregó a Alcocer Koplowitz la prestigiosa condecoración de la Orden del Dos de Mayo, en una ceremonia cargada de solemnidad. Este honor le fue conferido en virtud de su extraordinaria labor en múltiples iniciativas sociales y benéficas, y por su incansable ayuda desinteresada a Madrid, especialmente durante los momentos más críticos de la pandemia. Este galardón no solo celebra su incuestionable contribución, sino que también enaltece el espíritu de generosidad y solidaridad que define su legado.
Entre los destacados logros de la Fundación Esther Koplowitz se encuentra la inauguración en 2001 de la Residencia «Nuestra Casa» en Collado Villalba. En 2003, se completó la construcción y equipamiento de la Residencia «Fort Pienc» en Barcelona, dotada con avanzados servicios asistenciales para mayores. En 2006, la Fundación hizo una significativa donación al Hospital Clínico de San Carlos en Madrid, proporcionando el primer robot Da Vinci en un hospital público español. En 2010, se inauguró el Centro Esther Koplowitz en Barcelona, que se ha convertido en un referente mundial en investigación biomédica y bioingeniería. En 2015, la Fundación llevó a cabo la remodelación de la terraza de psiquiatría para niños y adolescentes en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.