El primer plan del Príncipe Guillermo tras las buenas noticias sobre la Princesa Kate

Pocas horas después de que la Princesa Kate compartiera su emotivo mensaje sobre la finalización de su tratamiento de quimioterapia, el Príncipe Guillermo se dirigió a Llanelli, Gales, para cumplir con su agenda de compromisos. Y lo hizo con su característica calidez y una barba de verano que desafiaba al clima galés.

Su primera parada fue la escuela primaria comunitaria Swiss Valley, donde fue recibido con una ovación de niños y banderas galesas ondeando con entusiasmo.

Guillermo, de muy buen ánimo, interactuó con los presentes de manera natural y afectuosa. La multitud estaba encantada, y algunos niños incluso lo recibieron con actuaciones especiales, incluyendo una poesía en galés.

Entre el público, la cardióloga Aleena Haider, que había viajado 200 millas desde Londres, expresó su orgullo: «Es un sentimiento de orgullo que el Príncipe William venga a ver la escuela. Es bueno tener el reconocimiento para los maestros y los padres que hacen que sea un lugar tan agradable. Todos amamos a Diana también».

Guillermo también tuvo la oportunidad de hablar con Pauline Thomas, de 74 años, quien le deseó lo mejor para Kate. «Es una buena noticia, pero todavía queda un largo camino por recorrer», le comentó Guillermo, reconociendo el apoyo continuo que su familia necesita.

Un momento particularmente entrañable ocurrió cuando Ruby Davies, de diez años, entregó al Príncipe unas pulseras de la amistad que había confeccionado ella misma para los hijos de Guillermo. Con una sonrisa, el príncipe le dijo: «Es muy tierno. ¿Las has confeccionado tú misma? Las van a llevar, las verás por todos lados. Los mantendré alejados de Louis porque intentará robarle todas las cosas a su hermana».

En suma, Guillermo se mostró genuinamente agradecido y conmovido por el calor y la generosidad de los residentes, y su visita a Swiss Valley demostró que, incluso en tiempos de grandes desafíos, la sonrisa y el espíritu de la familia real continúan siendo una fuente de inspiración y alegría para muchos.

Este año ha sido especialmente difícil para la Princesa Kate, quien ha enfrentado desafíos significativos mientras su esposo, el Príncipe Guillermo, ha continuado con su agenda real en su nombre también. El año comenzó de manera incierta para la futura Reina Consorte del Reino Unido, con una cirugía abdominal en enero que marcó el inicio de un período complicado. Aunque los detalles de la operación permanecieron en privado, pronto se reveló que el 2024 traería más dificultades de las que se imaginaba. En marzo, Kate compartió la devastadora noticia de su diagnóstico de cáncer a través de un mensaje de vídeo profundamente conmovedor. En él, la princesa explicó que estaba recibiendo tratamiento y pidió privacidad durante su proceso de recuperación.

A lo largo del año, Kate se alejó de las funciones públicas, enfocándose en su salud y en encontrar la fuerza para enfrentar el tratamiento. Su primera aparición pública después de la cirugía fue en junio, durante el desfile del estandarte conocido como Trooping the Colour. Aunque su presencia en el balcón del Palacio de Buckingham fue breve, el gesto de regresar a la esfera pública fue un símbolo de esperanza y resiliencia.

Su último acto público fue en julio, en la final de individuales masculinos de Wimbledon, donde fue recibida con una ovación de pie. Mientras tanto, Guillermo ha mantenido el ritmo de sus compromisos reales, apoyando a Kate a través de sus acciones y continuando con la agenda real en nombre de ambos.