Por qué la realeza noruega ha borrado del mapa a Marius Borg, el hijo díscolo de Mette-Marit

La historia de Mette-Marit de Noruega bien podría ser la de cualquier cuento de hadas moderno. Una madre soltera que lucha por sacar adelante a su hijo conoce en un festival de música al Príncipe heredero de la corona de Noruega. El hijo del Rey Harald anteponía todo al amor, pese a que muchos miraban con recelo que eligiese a esta joven que trabajaba como camarera por horas y que había ido a un programa de televisión a buscar pareja después de romper con el padre de su hijo condenado por tráfico de drogas.

Que la realeza la acogiese bajo su ala y permitiese que se casase con su heredero daba a entender que le proporcionaban una nueva oportunidad para empezar de cero en Palacio. A él se mudó, como no, con su hijo Marius, que por entonces apenas contaba con 5 años. Los privilegios y educación a los que ha tenido acceso desde entonces tendría que haberle convertido en un joven modélico que, aunque no tiene derecho al trono, demostrase que se había ganado un puesto en la corona.

Sin embargo, Mette-Marit ha visto cómo su hijo se convertía en el «principal quebradero de cabeza de la institución», viendo su idílico cuento de hadas transformado en una auténtica pesadilla. Marius Borg fue detenido el pasado mes de agosto tras agredir a una mujer a la que provocó una grave conmoción cerebral. La prensa local confirmó que la futura reina del país nórdico visitó a la víctima para mostrarle su apoyo y pedirle perdón en nombre de toda la familia.

Obligado por ellos, el protagonista de los hechos terminó emitiendo un comunicado en el que atribuía los daños corporales a estar «intoxicado con alcohol y cocaína». «Tengo varias enfermedades mentales que hacen que a lo largo de mi infancia y mi vida adulta haya tenido y siga teniendo problemas. He luchado con el abuso de sustancias durante mucho tiempo, por lo que he estado en tratamiento anteriormente. Ahora retomaré este tratamiento y me lo tomaré muy en serio», explicó, antes de pedir perdón a su novia porque «no se merecía lo que pasó aquella noche».

Pese a que Harald de Noruega siempre quiso incluirlo en la familia y aparecía en todas las fotos familiares pese a no tener rango real, la corona actuó tras conocer los acontecimientos y borró del mapa a Marius eliminando su perfil propio de la web de la monarquía e incluyendo una tímida mención como «hijo de» en la descripción de su madre. Algo que está más que justificado en palabras de sus súbditos, dado que, pocos días después de hacer efectiva su salida, Marius volvió a estar en el centro de la polémica.

El diario alemán Bild publicó unas fotos «avergonzantes» del joven de 27 años, pistola en mano, sin camiseta y fajos de billetes en la cintura del pantalón que acompañaron del titular: «No se arrepiente de nada». Aunque las instantáneas corresponden al año pasado, varios medios de comunicación también se hicieron eco de la publicación.

El periódico Bunte, de hecho, sentenció en pocas palabras lo que todo el país pensaba: «Esta impactante foto de Marius Borg deja claro lo mal que están las cosas para el hijo mayor de la princesa heredera Mette-Marit. ¿Su vida? Bastante fuera de control. ¿Su reputación, su familia, la imagen de la familia real noruega? A él no parece importarle en absoluto».

Pese a que vivido de cara a la esfera pública desde que tenía apenas tres años, Marius nunca ha conseguido permanecer al margen de los titulares. Bien por todos aquellos que lo tildan como el royal más atractivo de las últimas décadas o bien por aquellos que aseguran que no es capaz de conservar un empleo.

Y eso que, gracias a sus privilegios, el joven de 24 años ha podido estudiar finanzas en California y diseño en Milán, además de haber estado varios años sabáticos en el extranjero con todos los gastos pagados por la corona noruega. Ha trabajado como agente inmobiliario, editor de una revista, mecánico e incluso imagen de una aplicación de citas online.