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Muere Julián Muñoz, el polémico exalcalde de Marbella que se enamoró de Isabel Pantoja
Tras una tregua de salud y una aparición reciente en Telecinco, hoy la familia confirmaba la triste noticia de la muerte del político que lo fue todo en Marbella y lo perdió todo en Marbella. Por amor, perdió hasta la cabeza
Julián Muñoz, exalcalde de Marbella ha muerto en el Hospital Universitario de Costa del Sol de Marbella, a los 76 años. Muñoz llegó a la Marbella de los años 80 tras haber trabajado como camarero durante unos años en Ávila. Estaba casado con Maite Zaldívar y era padre de dos hijas. Su vida fue mejorando sustancialmente cuando ingresó en la política de la mano del todopoderoso Jesús Gil.
Llegó tan alto que la caída fue durísima. Del 2002 al 2003 fue alcalde de Marbella, un sillón que le cedió Gil tras su dimisión. Un año más tarde, tras una moción de censura, pierde el sillón consistorial.
«Tengo miedo a morirme», decía en su última aparición televisiva en De Viernes, donde advertía que esa era su última entrevista. «Soy feliz», decía también.
Tras una larga y dura enfermedad, tomaba 20 pastillas diarias, que le tuvo ingresado en el hospital durante un tiempo intermitente, moría rodeado de los suyos. Al final de su vida, el controvertido personaje volvió emocionalmente a la casilla de salida. En su última aparición televisiva en un plató de Telecinco, el político cambió la versión de su propia historia y dijo que durante su romance con Pantoja no fue nada feliz. Aprovechó entonces para dejar claro su arrepentimiento y agradecer a la familia su amor incondicional. Su exmujer, Zaldivar, volvió a ser su mujer legalmente en la recta final de su vida.
Su familia, una familia a la que durante un tiempo dejó de lado, le arropó en sus últimos años de vida sin rencor. Su ex mujer, Maite, con quien dice que se volvió a casar este año ante notario, le cuidó junto a sus hijas y su nieto, hasta el último momento. Se divorciaron de mala manera en el 2003. Desde el 2003 al 2009, el político fue el novio de Isabel Pantoja. Un romance que dio mucho juego en la prensa. Y del que el político reniega.
Tras su paso por la alcaldía de Marbella y sus desmanes y delitos por los que fue juzgado y condenado, llegó la cárcel de Alhaurín de la Torre. Una cárcel de ida y vuelta, con sus entradas y salidas por problemas de salud.
Malaya
En el 2006 le detienen, en transcurso de la segunda fase del Caso Malaya, la trama de corrupción inmobiliaria más importante en España. Una etapa de su vida que fue dura y que, -según él mismo declaró-, una época que querría olvidar porque estaba muy arrepentido. La jueza del Caso Malaya le sentenció con 20 años de cárcel por malversación pública y cohecho continuado y cuando aún no había cumplido con las tres cuartas partes de su condena, -período exigido para la libertad condicional-, en el año 2021, finalmente la consiguió por su delicada salud.
Sus imágenes con Isabel Pantoja paseando en un coche de caballos en El Rocío le catapultaron a la fama y le convirtieron en protagonista de las revistas rosas. Fueron escandalosas por el impacto y significaron la confirmación del romance, un amorío que venía precedido de rumores.
Algo que a la larga, le fue muy rentable durante un tiempo, pues en varias ocasiones concedió entrevistas remuneradas en televisión hablando con todo tipo de detalles de su vida privada. Bochornoso incluso cuando desacreditaba en público a su mujer, Maite Zaldivar. Hubo un tiempo en que su noviazgo con la viuda de Paquirri le dio de comer por sus apariciones remuneradas en los medios.
La historia de amor entre el alcalde y la tonadillera, que les llevó a la ruina a ambos, literal y metafóricamente hablando, comenzó de manera clandestina mientras él estaba casado con Maite Zaldívar, lo que levantó ampollas en la prensa rosa y en la familia del político. Un político al que le pudo la ambición y asimiló mal su popularidad. Y al que le destrozaron las ansias de enriquecerse.
Llegó a la alcaldía de la famosa localidad malagueña en su mejor momento. Marbella era una fiesta y Muñoz no quiso perderse ni un solo minuto de los días de vino y rosas que se sucedían en la época dorada de la localidad costera. Destino de amor y lujo por excelencia. Reyes, ricos y famosos llegados de todo el mundo, amarraban sus yates en Puerto Banús. Las noches eran infinitas con fiestas glamurosas y elegantes llenas de personajes de la beautiful people o jet set internacional. Los famosos más famosos y adinerados, en realidad, disfrutaban de aquella época dorada.
Y por allí andaba Julián Muñoz olfateando riqueza. Y aprendiendo las malas mañas del poder político que le llevó a la desgracia más absoluta.
Escudero de Jesús Gil, durante un largo tiempo Muñoz supo esperar agazapado en el ayuntamiento hasta que se hizo con la alcaldía. Después con el bastón de mando en su poder, llegó el romance con la artista, el divorcio, los delitos, la ruina, los juicios, la cárcel, la enfermedad y finalmente, el perdón.
Julián Muñoz falleció pidiendo perdón; perdón a todos sus seres queridos a quien había dejado en el camino durante sus años de soberbia y gloria. Años para olvidar, sin duda. Como olvidado lo tiene, según dice ella misma, Isabel Pantoja, la mujer que le sedujo y a la que amó locamente hasta caer ambos en desgracia y deslizarse por el precipicio.