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La casa de Pedro Campos donde vive el Rey Juan Carlos en Sangenjo
El amigo y anfitrión del Rey Juan Carlos veranea en Sangenjo desde niño, donde sus padres tienen una bonita casa de piedra gallega y donde él aprendió a navegar
No vive todo el año en Sangenjo, pero sus veraneos en esta localidad gallega de las Rías Bajas, le han robado el corazón. Pedro Campos Calvo-Sotelo, el anfitrión de don Juan Carlos cuando viene a participar en las regatas, está estrechamente unido a esta localidad por tradición familiar. Su familia viene a Sangenjo, en vacaciones, también desde hace décadas.
De hecho, sus sobrinas, dicen los vecinos, que se acaban de comprar un bonito pazo, el Pazo Bermúdez de la Maza, en la zona de Dorrón, a pocos kilómetros de Areas, donde está ubicada la vivienda de Campos. Una zona muy cara, por cierto, y con vistas únicas a la ría.
Sus padres y sus hermanos han pasado su infancia en Sangenjo, y Sangenjo es el lugar donde Pedro Campos aprendió a navegar. Está muy unido a esta localidad a orillas de la ría de Pontevedra, donde tiene una bonita casa con vistas al mar muy cercana a la de su hija.
Una casa que es el cuartel general de su amigo, el Rey Juan Carlos, cada vez que visita la zona. La vivienda está a las afueras del cogollo urbano, ubicada en la parroquia de Nanín. En la carretera hacia Pontevedra, a unos dos kilómetros del náutico de Sangenjo.
No es una gran mansión ni un pazo gallego, pero es una vivienda amplia y luminosa con todas las comodidades. Un buen chalet con ventas traslúcidas y paredes blancas. El Rey Juan Carlos dispone de un gran salón donde pasa muchas horas hablando por teléfóno mientras puede ver el mar a través del cristal.
El primer día, cuando aterriza en Galicia, suele quedarse en la vivienda, descansando sin salir.
La vivienda tiene dos plantas, está retirada de la carretera en una zona de mucha tranquilidad y está construida justo encima de la playa de Nanín. Don Juan Carlos utiliza la planta baja y la vivienda está blindada por la seguridad, que vigila de cerca los movimientos de prensa y de los curiosos que aguardan en la puerta, durante las estancias de don Juan Carlos.
No se puede acercar nadie hasta la fachada principal. Hay vigilancia permanente que lo impide. Y el acceso es un fondo de saco sin salida. El Rey Juan Carlos accede en coche hasta el interior de la casa, siempre. Es una zona residencial, donde apenas pasean los vecinos y no hay casi movimiento de ningún tipo. Salvo las furgonetas de viandas que reparten a domicilio, como la pescadería Pili de Portonovo.