Maximiliano de Habsburgo, el príncipe que recoge a drogadictos de las calles de Madrid
Miembro de la Casa Imperial de Austria, príncipe de Hungría y Bohemia, preside desde hace 23 años el centro de tratamientos de adicciones Recal
Del dolor siempre se extraen valiosas enseñanzas. Y con un poco de esfuerzo se puede convertir en éxito. Un buen ejemplo de ello es el caso de Maximiliano de Habsburgo, Archiduque de Austria y príncipe de Hungría. Una sobredosis, en los años de la movida madrileña, se llevó a su hermana Elisabeth con 24 años y transformó esa desazón en fuerza para ayudar a personas que sufren adicciones.
Maximiliano de Habsburgo es hijo de los Archiduques Ferdinand y Helen de Austria y sobrino nieto del emperador Carlos I, el último en gobernar el imperio austrohúngaro. Nació en París y se formó en las aulas inglesas de Eton, donde estudiaron los Príncipes Guillermo y Harry y muchos de los primeros ministros británicos. En los años 80 viajó a España para aprender el idioma y se afincó en Madrid, donde vivió de cerca los estragos de la noche. Hoy reside entre Madrid y Yorkshire con su mujer, la escritora Maya Askari y sus tres hijos. Es un enamorado del museo del Prado y de restaurantes como La Parra.
En 2001, Maximiliano de Habsburgo se puso al volante de una furgoneta para recoger a drogadictos tirados y abandonados en las calles de Madrid para darles comida y una ducha de agua caliente. Creó ese año la fundación Recal para ayudar a pacientes a rehabilitarse de adicciones como el alcoholismo, las drogas, el tabaco, la ludopatía, la nomofobia o el sexo con un programa integral que incluye el apoyo a las familias.
La Reina Isabell II colaboró con Recal, puesto que era prima de Helen de Austria, madre de Maximiliano de Habsburgo. Por su 80 cumpleaños pidió que no se le regalara nada y se hicieran donaciones a la fundación de su hijo. «Unas semanas después de la fiesta nos llegó un telegrama de Buckingham Palace y una transferencia con la donación de la casa real británica», recuerda.
El presidente de Recal es además sobrino segundo de la Reina Sofía y la Infanta Elena o Simoneta Gómez-Acebo también han apoyado la Fundación en sus galas benéficas.
La sede central está situada en Majadahonda, a las afueras de Madrid, y el equipo, con el aristócrata al frente, está formado por médicos, psicólogos clínicos, terapeutas y enfermeros. Se emplea el Modelo Minessota, cuya finalidad es que los adictos en recuperación alcancen un estado de abstinencia total hacia cualquiera que sea la sustancia y/o comportamiento.
«Nos enfocamos en brindar tratamientos personalizados que abordan tanto los aspectos físicos como mentales, emocionales y espirituales, promoviendo una recuperación sostenible en el tiempo y el bienestar integral de los pacientes», asegura Maximiliano de Habsburgo.
A principios de este año se inauguró una nueva unidad dedicada a los trastornos alimentarios. «La adolescencia es la etapa en la que somos más vulnerables a los mensajes y comentarios sobre nuestro aspecto físico. Las redes sociales son un bombardeo de los cánones de belleza y de formas de vida donde se muestra una perfección y éxito, muchas veces irreal. Algo inalcanzable que predispone a iniciar un trastorno alimentario», comenta el aristócrata y fundador de Recal.