Fundado en 1910
Bonilla

Patatas BonillaED

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Las patatas fritas españolas que recomienda 'The Times' y enamoran a Oprah Winfrey

El diario británico las selecciona entre las 10 más sabrosas del mundo y la popular presentadora estadounidense las incluye en su lista de alimentos favoritos

Lo que comenzó siendo una pequeña churrería en el siglo pasado, hoy es un mini imperio cuyas ventas se se extienden hasta los EE.UU. pasando por Reino Unido y Australia. Las sabrosas patatas fritas y los crujientes churros de Bonilla, que siguen fabricándose con la misma receta y los mismos ingredientes generación tras generación, y son la joya de la corona de la empresa familiar están de enhorabuena.

Fernando, el nieto del fundador, lleva ahora las riendas del negocio tras la muerte de su padre César Bonilla a comienzos de año. «La misma ilusión y la misma receta: aceite de oliva, sal marina y patata seleccionada, de Coristanco, cuando hay existencias, el corte muy fino y ninguna patata quemada, por supuesto», responde a El Debate cuando preguntamos la receta mágica que le lleva a triunfar alrededor del mundo con las latas y bolsas de patatas fritas.

Fábrica de Bonilla a la Vista

Fábrica de Bonilla a la vistaCortesía

En 2020, ya hicieron historia al convertirse en las famosas patatas gallegas vistas en una escena de la película Parásitos, el primer filme de habla no inglesa en ganar el Oscar a la mejor película en una escena de la película Parásitos (2020).

Fernando Bonilla

Fernando Bonilla en La Coruña este viernesED

Una familia gallega cuyo éxito con la empresa Bonilla a La Vista, -que tiene cinco churrerías y una fábrica de patatas en La Coruña- llega hasta la prensa británica y americana.

En la actualidad, en manos de Fernando Bonilla, las patatas fritas Bonilla a la Vista se venden en un total de 23 países (España, Alemania, Andorra, Australia Bahamas, Bélgica, Canadá, Caribe (Saint Martin), Corea del sur, Estonia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Países Bajos, Panamá, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Taiwan y Estados Unidos), y la empresa cuenta con más de 100 trabajadores.

OPRHA con Bonilla

OPRHA con BonillaIG

Prensa internacional

El prestigioso diario The Times acaba de incluir sus patatas fritas en un ranking de las 10 como las más sabrosas del mundo. Y la popular presentadora Oprah Winfrey las acaba de incluir en su lista de alimentos preferidos.

Una gran visibilidad que es un muy buena noticia para la producción. «Estamos friendo estos días a doble turno, desde las 6 de la mañana a las ocho de la tarde, es decir, 10 toneladas de patatas crudas que son en realidad 2500 kilos de patatas fritas», reconoce Bonilla. «La patata merma mucho, es todo agua», añade.

Cesar Bonilla

Cesar BonillaCortesía

«Fue una sorpresa muy grande y estamos muy contentos», confiesa orgulloso Fernando, a quien no para de sonarle el teléfono móvil para felicitarle por la repercusión de la buena noticia. En Galicia arrasan, y en el resto de Europa también van muy bien los datos. Las exportaciones suponen el 15 % de la facturación. El envasado del producto es clave para mantener el éxito, porque tanto en las famosas latas como en las bolsas, las patatas de Bonilla «duran hasta ocho meses».

Patatas Bonilla en The Times

Patatas Bonilla en The TimesED

«El secreto es que las prueben y que gusten porque son patatas que tienen un corte muy fino, que no llenan y no dejan regusto a aceite», opina Fernando, que recorre las mejores ferias del sector para no bajar la guardia en el negocio.

La historia

Cuando el Salvador Bonilla dejó la Marina, en la que había servido como cabo, decidió emprender su propio camino al seguir la tradición familiar de vender churros y patatas en las ferias. Y montó un negocio, primero en Ferrol en el 32 y más tarde en La Coruña, en el año 49, a la calle del Orzán. «Mi abuelo y mi abuela cuando empezaron abrían las 24 horas. Y todo a mano, no había maquinaria», explica orgulloso su nieto y heredero del legado empresarial.

Han pasado ya 90 años y la empresa cada día crece más. «Hay años mejores que otros. Este, por ejemplo con el precio del aceite por las nubes, pues imagínate...», comenta Fernando, el actual CEO de la compañía que sólo fríe sus churros y sus patatas en aceite de oliva. Churros que él mismo hace de vez en cuando. «Cuando hace falta,me pongo a ello, por supuesto», cuenta.

«Mi padre continuó con el negocio de un oficio que aprendió desde pequeño en Ferrol, lo mejoró y lo amplió, montó la fábrica y además era muy trabajador. Mi madre también, la recuerdo siempre trabajando a todas horas. Y ahora me toca a mí, que aprendí a hacer churros con 15 años de edad -y de niño hacía los deberes en la churrería- y espero mantenerlo con la misma ilusión y que pase a mi hijo», revela Fernando, la tercera generación de una empresa familiar que mantiene casi intacta a la misma plantilla de trabajadores.

Fernando Bonilla

Fernando Bonilla en La Coruña este viernesED

«Mi abuelo cuando regresaba al barco de guerra donde servía en la marina, en un bote alquilado de noche y le preguntaban quién era, él solía responder así: «Alto, ¿quién va?» a lo que él contestaba: Cabo Bonilla a la vista. De ahí el nombre del negocio», explica su nieto orgulloso de formar parte de la tradición familiar y empresarial que pasa de abuelos a nietos produciendo exquisitas patatas de merecida fama mundial.

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