
Revilla, junto a Aurora Díaz y el Rey Juan Carlos
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Así es Aurora Díaz, el apoyo de Miguel Ángel Revilla en sus horas bajas
La pareja se conoció en la sede del Partido Regionalista Cántabro cuando ella era su secretaria
Hace tan solo unos días que el Rey Juan Carlos decidía interponer una demanda a Miguel Ángel Revilla por «injurias». La demanda, una intrincada mezcla de honor y responsabilidades políticas, tiene sus raíces en unas palabras pronunciadas por el expresidente de Cantabria en una entrevista en la que, de forma franca, expresó su opinión sobre el monarca.
En aquella conversación, Revilla, un hombre conocido por su estilo directo y sin rodeos, señaló que, en su opinión, Don Juan Carlos era «un tío que se ha llevado la pasta» y que «ya no es ni español». Las palabras de Revilla no tardaron en llegar a oídos de la Casa Real, y pronto se confirmó lo que muchos temían: la respuesta del monarca sería judicial.
La demanda no es simplemente una respuesta a un agravio personal, sino un recordatorio de los límites entre la libertad de expresión y el honor de las figuras públicas. Además de solicitar la rectificación a través de los mismos medios de comunicación que las difundieron, se reclama al mismo una indemnización «por los daños morales causados» de 50.000 euros, cantidad que será donada íntegramente a Cáritas España.
Al expolítico le pilló la noticia grabando una película junto a Antonio Resines y Paz Padilla y, tal y como confesó su mujer, Aurora Díaz Abella, está «tranquilo». Es ella quien no se ha separado del político en ninguna afrenta pública a lo largo de estos años. La conoció tras terminar su relación con su primera mujer, María del Pilar Hoyo, con quien tuvo dos hijas, Pilar y Jana.Su historia de amor comenzó en la sede de la formación fundada por el cántabro, donde ella comenzó a trabajar como secretaria. Aunque, al principio, reconocieron que no quisieron superar las barreras de la jerarquía, el amor se fue fraguando y se impuso con el tiempo. Revilla contó en una entrevista en ABC que uno de sus primeros encuentros se produjo en la localidad de Salceda, donde el expolítico nació y donde se animó a cantar una ranchera que la convencería para iniciar una relación con él.

Aurora Díaz y Revilla, en el jardín de su casa de Cantabria
Años después se casaron en una romántica ceremonia y se instalaron en un piso de 120 metros cuadrados de Astillero, a unos diez kilómetros de Santander. La felicidad se multiplicó cuando llegó a casa Lara, la tercera hija del político y primera para Aurora, que según ambos ha heredado el carácter reivindicativo de ambos. Estudiante de Psicología, pertenece a las Juventudes Regionalistas de Cantabria y se define a sí misma como «feminista y progresista».
«Me habéis educado en libertad de opinar lo que yo quiera. Eres adolescente y tienes etapas... La ideología de una persona se forja en la familia, la forma de pensar es cultural y biológica. Me han enseñado a amar esta tierra y a sentirme española y cántabra», apostilló ella en la entrevista de su padre en Joaquín, el Novato, desatando las lágrimas del expresidente.

El matrimonio en los Premios Princesa de Asturias
Uno de sus peores momentos como familia fue el diagnóstico de cáncer de colon de Aurora en 2022. Durante meses, tuvo que someterse a quimioterapia, llevándolo con toda la entereza que la situación le permitía. En su visita a Viajando con Chester hablaba sobre ello y reconocía: «Ha acabado la quimio y los primeros análisis dicen que todo sigue bien. Ha sufrido un cáncer de colon. Le han extirpado 35 centímetros».
«Estaba hecho polvo», reconoció tiempo después en una de sus múltiples visitas a El Hormiguero. «Fueron momentos durísimos», pero comentó que Aurora incluso estaba más guapa ahora. «Tuvo momentos muy duros, terribles. Hemos tenido esa preocupación permanente. No ha sido fácil. Los análisis que le han hecho hace poco van bien», explicó el pasado mes de octubre, dando a entender que la salud de su mujer está en su mejor momento.

La pareja, junto a su hija Lara
Ella, por su parte, define a su marido, como un hombre «rutinario» y «de costumbres», porque siempre acude al mismo peluquero y toma el café en el mismo lugar desde hace décadas. Lo único que puede reprocharle, según comentó en su entrevista en Mi Casa es la tuya que ha perdido el romanticismo con el paso de los años. «No, a mi no me prepara este tipo de picnic», contó entre risas a Bertín mientras merendaban en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. . «¿Cuánto hace que no salimos a ningún lado?», le decía entre risas poco después, a lo que Revilla contestó de forma jocosa que quince años atrás habían estado unos días en Galicia.