7 de diciembre de 1921: cuando se conoció por qué se aplazó el desembarco de Alhucemas

En 1913, el general Jordana estuvo a punto de realizar un desembarco en Alhucemas con instrucciones del Gobierno. Sin embargo, según refleja El Debate, esta maniobra militar, que se planeó supuestamente a espaldas del alto comisario, el general Alfau, no llegó a llevarse a cabo.

Las idas y venidas y los dimes y diretes producidos en corrillos y en la Alta Cámara llevaron al periódico a esclarecer la verdad de cada testimonio. El general Alfau, comandante general de Ceuta y alto comisario en 1913, no tenía jurisdicción militar sobre el comandante general de Melilla. Sin embargo, el Gobierno le encargó el desembarco al general Jordana... que no pudiéndose entrevistar con el alto comisario por encontrarse este enfermo en Tetuán, le mandó una extensa carta comunicándole la operación.

Por lo tanto, El Debate se encarga de esclarecer la orden de mando, que fue desde el Gobierno hasta el general Jordana, pasando por el alto comisario. A la vez que el general Alfau confirmaba su aprobación sobre la operación, mandaba un telegrama urgente al Gobierno comunicándole que había tratado de retrasar la operación valiéndose de las autoridades marroquíes, y pedía refuerzos al general Berenguer para defender su ocupación de Tetuán. Debido a esto se decidió anular el desembarco de Alhucemas, algo que el general Jordana lamentaría: «Temo que no sea fácil realizar la operación en mucho tiempo, pues con el aplazamiento de ahora anulamos influencias que habíamos conseguido por virtud de una labor intensa y de grandes sacrificios», escribía.

Por lo tanto, el ministro de Estado, contestando al discurso realizado por el general Alfau en la Alta Cámara, demostró que este conoció y aprobó la operación realizada sobre Alhucemas en 1913. Se zanjó así, en portada a dos columnas, el incidente Alfau-Hontoria, y el desembarco de Alhucemas se produciría cuatro años después de esta información: el 8 de septiembre de 1925.