El incidente del hacha o el árbol que casi provoca un conflicto internacional en Corea
Agosto de 1976. Un grupo de soldados estadounidenses que vigilaban la frontera entre Corea del Norte y Corea del sur tienen la misión de podar un álamo que bloqueaba la vista de un puesto de mando de las Naciones Unidas dentro de la zona desmilitarizada, o DMZ por sus siglas en inglés, una zona que separaba y separa a los dos países desde el final de la guerra de Corea (1950-1953). Lo que parecía ser una tarea sencilla acabó siendo la chispa que casi provoca una segunda guerra entre Corea del Norte y Estados Unidos.
Incidente del hacha
En un primer intento, los soldados norcoreanos se opusieron fuertemente, alegando que cualquier trabajo de jardinería requería permiso de ambas partes. En la mañana del 18 de agosto, dos oficiales estadounidenses dirigieron un equipo de la ONU compuesto por quince hombres para llevar a cabo aquella misión, pero cuando comenzaron a cortar las ramas apareció un grupo de norcoreanos que exigió que parasen lo que estaban haciendo. Al ser ignorados por los estadounidenses, los norcoreanos atacaron: «Mataron a dos oficiales estadounidenses e hirieron a cuatro estadounidenses y otros cuatro surcoreanos. Los testigos dijeron que los norcoreanos usaron las hachas destinadas a poder el árbol como sus armas», informó el corresponsal del diario americano The Washington Post.
Aquel incidente provocó un nuevo enfrentamiento entre ambos países, haciendo que Estados Unidos lanzase una operación militar masiva que involucró a cientos de tropas, bombardeos B-52, aviones de combate y un portaaviones. Se denominó Operación Paul Bunyan, en honor al leñador gigante del folclore estadounidense.
El árbol había sido plantado hacía 35 años, durante la ocupación japonesa de Corea (1910-1945), y logró mantenerse en pie una vez finalizado el conflicto que asoló la península coreana. Con el armisticio firmado en 1953, el álamo quedó atrapado en un pequeño campamento neutral denominado Área de Seguridad Conjunta (JSA, por sus siglas en inglés) también llamado Panmunjom o el pueblo de la tregua.
Los soldados norcoreanos creían que su líder, Kim Il Sung, el abuelo del actual mandatario, Kim Jong Un, había plantado personalmente el álamo y puesto bajo su protección, por lo que cuando los oficiales estadounidenses se negaron a detener la tala del árbol no tuvieron más remedio que atacar, asesinando brutalmente a los dos oficiales (Arthur Bonifas y Mark Barret) y dejando heridos a varios de los hombres que participaban en aquella misión. La noticia del incidente enfureció a Washington. El secretario de Estado Henry Kissinger insistió en lanzar un ataque a los cuarteles de Corea del Norte, ya que estos podían volver a atacar. Por su parte, el presidente Gerald Ford, que calificó las acciones del Norte como «asesinatos viciosos y provocados» quiso mostrar la fuerza y el poder estadounidense mientras calmaba el riesgo de una escalada a la guerra.
Operación Paul Bunyan
Después de tres días de deliberación, se ponía en marcha la mañana del 21 de agosto la Operación Paul Bunyan. 110 soldados se movilizaban a la DMZ armados con motosierras y rifles mientras que helicópteros y aviones de combate sobrevolaban la zona. Pero aquello no fue todo, también contaban con el portaaviones USS Midway, que se encontraba anclado en alta mar como escolta de cuatro fragatas y un destructor. 42 minutos después, los soldados se retiraban habiendo cumplido su misión y dejando tras de sí un tocón sin hojas de seis metros de altura.
A pesar del despliegue de fuerzas la operación se llevó a cabo de forma pacífica. Sin embargo existía la preocupación de que aquellos acontecimientos provocasen un conflicto mayor, ya que el incidente aumentó las tensiones a lo largo de la zona desmilitarizada, pero no escaló a una guerra abierta. Tiempo después, en el mismo día de la operación, Kim Il-Sung envió un mensaje expresando su arrepentimiento por el incidente e instaba a los Estados Unidos, así como a Corea del norte a «prevenir la provocación» ya que ellos nunca lo harían primero, sino que tomarían «medidas de autodefensa solo cuando se produzca la provocación». Era la primera vez que el mandatario norcoreano reconocía la violencia a lo largo de la zona desmilitarizada desde el armisticio de 1953.
Cuatro días después de la tala del álamo, Panmunjom, el pueblo de la tregua, se partió en dos, prohibiendo a las tropas de cada lado adentrarse en la zona del otro. Las tensiones que se vivieron siguen estando presentes en esta zona considerada como uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría.