Javier Lambán: «La memoria histórica debe construirse sobre la verdad y no sobre política»
El municipio de El Frago rinde homenaje a su exalcalde Juan Beamonte, en un acto de «memoria y reparación»
El municipio zaragozano de El Frago ha rendido homenaje al que fuese su alcalde Juan Beamonte, en un acto de «memoria y reparación», según ha indicado el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quien ha participado en el mismo. El acto ha tenido lugar este domingo, en el muro exterior del cementerio de la localidad en el que, además del jefe del Ejecutivo autonómico, han asistido el actual alcalde de El Frago, José Ramón Luna, familiares de Juan Beamonte, y otros representantes institucionales.
Lambán ha descubierto una placa, junto al hijo del homenajeado, Teófilo Beamonte, quien emocionado ha apuntado que nunca se hubiera podido imaginar este. El presidente de Aragón, se ha mostrado convencido hoy de que la memoria histórica debe sustentarse sobre la verdad y la labor de los historiadores, ya que «hecha desde la política suele conducir a planteamientos maniqueos y sectarios que al transmitirlos a los ciudadanos producen conflictos, enfrentamientos y desajustes indeseables».
Asimismo, se ha referido a la figura del que fuera alcalde republicano de la localidad, que fue fusilado el 11 de septiembre de 1936 por sus convicciones políticas, poco después del inicio de la Guerra Civil como alguien que «dejó señal de aquello que le condujo a asumir la máxima responsabilidad de su pueblo, que no era otra que la justicia social y ayudar al maestro a difundir la educación».
Ha defendido que la Historia la tienen que hacer los historiadores, «porque cuando está bien hecha no es de buenos y malos, simplemente cuenta la verdad, y conocerla produce y da lugar a hombres y mujeres libres, con capacidad crítica y demócratas», ha declarado. Del mismo modo, en declaraciones a los medios, Lambán ha explicado que actos como el celebrado hoy en El Frago persiguen que el recuerdo de personas represaliadas en la contienda civil no se pierda y quede en la memoria colectiva de una forma «digna» y en representación de valores como la libertad, la igualdad y la democracia.
A su juicio, los poderes públicos deben de promover la justicia y la reparación a las víctimas como un «deber ineludible hecho desde la verdad histórica».