49 aniversario
Yom Kipur, cuando los ojos de Israel se cerraron durante 24 horas
La noche previa al Yom Kippur, un equipo de buzos egipcios saboteó el sistema de tuberías de petróleo submarinas colocadas por los israelíes con la idea de incendiar el combustible sobre el Canal de Suez en caso de ataque
6 de octubre de 1973, mientras los israelíes celebraban con oraciones y ayuno su fiesta más sagrada: el Yom Kippur, el Día del Perdón, los ejércitos egipcio y sirio lanzaron un ataque simultaneo sobre los territorios del Sinaí y los Altos del Golán, que se había anexionado el Estado de Israel seis años antes, en la Guerra de los 6 días.
Los árabes no perdonaron la derrota sufrida ante un estado judío que ni siquiera reconocían y comenzaron su venganza a las dos de la tarde cuando los cazas soviéticos del ejército sirio de Hafer Al-Assad bombardearon a las unidades hebreas del Golán. Al mismo tiempo, los egipcios iniciaban la invasión de la península del Sinaí atravesando el canal de Suez. El objetivo era recuperar la tierra perdida en 1967 con una guerra relámpago basada en el factor sorpresa. Y los israelíes ¿Estaban preparados?
En esta ocasión los servicios de inteligencia israelíes no se adelantaron a los movimientos de sus enemigos árabes. Aunque poseían información privilegiada gracias a sus espías en Egipto y Siria, como Ashraf Marwan, apodado El Ángel, yerno del Gamal Addel Nasser, ex presidente de Egipto. Marwar trabajó durante los años setenta para el gobierno egipcio del presidente Anwar al Sadat y pasaba información estratégica al Mosad. En 1973, Marwan avisó al Mosad de que el ataque egipcio sería en mayo y el ejército israelí se movilizó, pero no pasó nada. Al siguiente aviso de Marwan, los servicios de inteligencia no le tomaron en serio, como a Pedro, cuando avisó a los aldeanos de la llegada del lobo.
La primera oleada sorprendió a las unidades hebreas que defendían ambas fronteras, pero no así a los altos cargos del Estado. Un día antes del estallido del conflicto saltaron las alarmas cuando el ejército israelí descubrió con fotografías aéreas que los egipcios y sirios habían reforzado los puestos avanzados y contaban con misiles antiaéreos soviéticos SAM «tierra-aire» y nuevas unidades listas para entrar en acción en cualquier momento. Ante esta noticia, durante la mañana del Yom Kippur se reunieron en Jerusalén la primera ministra Golda Meir, el ministro de Defensa Moshé Dayán y el Jefe del Estado Mayor David Elazar. Debían tomar una decisión ante la agresión árabe inminente. Elazar defendía el ataque preventivo, como se hizo en 1967, pero «estamos en una situación política en la que no podemos hacer lo que hicimos n 1967», como explicó ante la prensa Dayán. Israel contaría con el apoyo militar de Estados Unidos siempre y cuando no fueran los israelíes los que iniciaran un conflicto armado, y Golda Meir lo tenía muy claro: no atacarían primero.
La guerra comenzó horas después con dos frentes abiertos para un ejército israelí que desconocía e infravaloraba el potencial militar árabe, que era diez veces superior al contingente hebreo. En el frente de la península del Sinaí lo único que separaba hasta ahora a egipcios e israelíes era el canal de Suez. En la orilla suroeste los egipcios descargaban sus proyectiles de las más de 1700 piezas de artillería sobre el Sinaí, a las que se sumaban los tanques T-55 de origen soviético desde sus rampas de disparo. En menos de 15 minutos, 4.000 soldados egipcios atravesaron el canal en lanchas neumáticas invisibles para los hebreos gracias a un ingenioso escudo de humo generado por máquinas repartidas por la costa. En total unos 8000 hombres desembarcaron entre los fuertes israelíes de la Línea Bar Lev, que aquel día defendían unos 600 hombres.
En los Altos de Golán se libró una la batalla de carros de combate más grande desde la Segunda Guerra Mundial
Durante las primeras 10 horas del conflicto, los egipcios iban con ventaja, la infantería se centró en tomar los puestos israelíes mientras en el canal se utilizaron puentes PMP soviéticos y ferris GSP para trasportar los carros de combate. En 24 horas se habían tomado ya 10 fuertes israelíes y la 2ª División Blindada había cruzado el canal con 500 carros de combate que avanzaban hacia el interior de la península. Frente a ellos, los carros de combate israelíes caían ante las unidades antitanque egipcias que empleaban el armamento antitanque soviético más moderno.
La respuesta desde Jerusalén no se hizo esperar y se mandaron unidades de blindados apoyados por los aviones Phantom de la Fuerza Aérea. En los Altos de Golán se libró una la batalla de carros de combate más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Los israelíes contaban con 6.000 soldados, apenas 180 carros tipo Sherman de la Segunda Guerra Mundial modificados y 60 piezas de artillería para defender una región de 64 kilómetros, frente a ellos se extendía un ejército sirio formado por 50.000 hombres y 1200 carros de combate de origen soviético T-65 y T-62, de última generación y una aviación contra la que no podían enfrentarse sin refuerzos. Los sirios habían planeado una guerra relámpago cruzando la línea de alto el fuego en un solo asalto masivo con blindados.
Era una situación de guerra total, por ello se movilizó a todos los reservistas que, sin pensarlo, se pusieron en marcha para combatir al enemigo. Gracias al despliegue israelí las tornas cambiaron a favor de los hebreos, que contaron con el armamento de Estados Unidos y siguieron luchando y avanzando. Estos hechos sucedidos en las primeras 24 horas de una guerra que duraría 23 días más, hasta que se alcanzó la tregua y, en noviembre de 1973, en el kilómetro 101 de la carretera entre Suez y El Cairo, Egipto e Israel llegaron a un primer acuerdo para construir el camino de la paz.