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Howard Carter examina la tumba de Tutankamón junto a un egipcio anónimo

Hace 100 años en El Debate

16 de febrero de 1923: se abre la tumba de Tutankamón

El 16 de febrero de 1923, Carter abrió la puerta sellada y confirmó que dirigía al sarcófago de Tutankamón

El 4 de noviembre de 1922 el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter presenció «cosas maravillosas»: acababa de encontrar la última gran tumba del Valle de los Reyes, la tumba del joven faraón Tutankamón. Esta gran hazaña se produjo gracias a la perseverancia de Howard Carter y a la predisposición de lord Carnarvon, quien financió los trabajos en el Valle de los Reyes, Luxor.

Más tarde la tumba pasaría a conocerse como KV62. La sepultura fue protegida hasta la llegada de un oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias al día siguiente, aunque se dice que esa misma noche, Carter, Carnarvon, su hija y el ayudante Callender entraron sin permiso, convirtiéndose en las primeras personas en tres milenios en acceder al enterramiento.

Durante aquella inspección clandestina descubrieron indicios de que hubo expolios en tiempos antiguos; no obstante, la tumba se encontraba intacta y se calculó que albergaba más de 5.000 objetos. El Debate hace 100 años daba a conocer la noticia de que la tumba había sido abierto por primera vez, acto al que acudió la Reina de Bélgica.

La tumba y los diferentes tesoros que se hallaron proporcionaron una visión inigualable de este momento de la historia egipcia. Los carros, las armas, la ropa y las obras de arte reflejaban los métodos de guerra y a quiénes consideraba Egipto sus enemigos. Los murales ilustraban las creencias religiosas, incluida la restauración de la reverencia a Amón, que el predecesor de Tutankamón había disminuido. Los ataúdes intactos ayudaron a los arqueólogos a comprender mejor las elaboradas prácticas funerarias. No es de extrañar que se considere uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia.