Ken Pope: «Lo primero que hace el comunismo es eliminar a Dios y a la familia de la vida pública»
Comienza el congreso internacional sobre víctimas del comunismo «Voces por la libertad», organizado por el Instituto de Estudios Históricos (CEU) y el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEU-CEFAS)
En la pantalla se proyectan números aterradores: 65 millones de muertos en China, 20 millones en la Unión Soviética, dos millones en Corea del Norte; los mismo en Camboya que es el equivalente al 22 % de la población y así sucesivamente en otros varios países; todos víctimas del comunismo, una ideología que «no se enseña ni bien y a fondo a las nuevas generaciones», explica Ken Pope, director general de la Fundación para la Memoria de las Víctimas del comunismo de Estados Unidos.
Con la conferencia 100 millones de asesinados: la importancia de la memoria en la lucha del comunismo, a cargo del profesor Pope se inaugura el congreso internacional sobre víctimas del comunismo «Voces por la libertad», organizado por el Instituto de Estudios Históricos (CEU) y el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEU-CEFAS). «Lo que estamos haciendo aquí es recordar y honrar [a las víctimas del comunismo] y, esperemos, erradicar esta ideología que todavía mucha gente sigue abrazando en forma de pseudocomunismos», asegura el ponente antes de iniciar su intervención.
No se enseña ni condena lo suficiente
El genocidio encubierto con el nombre de Revolución Cultural en China se cobró la vida de miles de personas o las 1.118 ejecuciones ordenadas por el Che Guevara han sido sepultadas detrás de una publicidad en forma de camisetas con su rostro en ellas. Este y muchos otros crímenes perpetuados por el comunismo han sido olvidados por las nuevas generaciones. Y el problema es que «no enseñamos la verdadera historia del comunismo, por eso Marx es percibido como un visionario interpretado incorrectamente», condena Pope en su conferencia.
Desde la Fundación para la Memoria de las Víctimas del comunismo en Estados Unidos se realizó una encuesta en 2020 que reflejaba lo siguiente: Un 30 % de la Generación Z tiene una visión favorable del marxismo y un 27 % de los Millenials considera lo mismo, mientras que un 18 % de los «zetas» y un 13 % de los millenials piensan que el comunismo es un sistema más justo que el capitalismo y necesita estar en consideración. Estos datos se deben a que «los estudiantes apenas tienen un conocimiento de lo que fue el comunismo». No han oído hablar sobre las hambrunas, la opresión, la vigilancia asfixiante ni tampoco entienden el horror que sufrieron las víctimas. Es más, afirma que los jóvenes estadounidenses piensan que figuras como Marx o Stalin era gente «cool», pero unos incomprendidos. Han oído hablar del Manifiesto comunista, pero nadie lo ha leído y tampoco saben quién era Lenin o qué fueron los gulags.
Ante esta situación nace la Fundación de la que él mismo es director general, para enseñar, investigar y abogar por los Derechos Humanos, los cuales fueron quitados a las víctimas. Para conseguir esos tres objetivos cuenta con seminarios nacionales dirigidos a los profesores para que estos sepan hacer llegar la cruda realidad del comunismo y ayudar a entender a las nuevas generaciones los peligros que conlleva este totalitarismo. También tiene la ayuda de un grupo de investigadores que trabaja para destapar las acciones de los gobiernos que siguen impregnados de esta ideología centrándose en China y Latinoamérica.
Y por último, un Museo donde se explican los conceptos básicos del comunismo, su origen, sus líderes y sus crímenes. También dan voz a historias de disidentes que siguen luchando por la libertad en aquellos regímenes totalitarios así como de testigos y víctimas del comunismo y advierte que es a través de este tipo de historias que «interpelan» a los jóvenes por las que se puede «educar a las nuevas generaciones de líderes para que entiendan el funcionamiento del sistema».
El comunismo en el presente
Al terminar su ponencia se ha abierto una ronda de preguntas en la que algunos de los representantes diplomáticos y académicos de Hungría, Estonia, Polonia, Letonia, Croacia, Italia, China, Venezuela o Perú. Tanto el ministro de Perú como un académico de Venezuela han interpelado al profesor Pope para debatir sobre el denominado «socialismo del siglo XXI» y su paralelismo con el comunismo. El primero sube al poder «por la fuerza» mientras que el segundo se hace por «votación libre». El peligro, incide el director de la Fundación es que ahora la sociedad «no entiende como el comunismo o el socialismo les afectará» en su día a día. «Solo les interesa esa utopía que se les promete», pero si escuchamos a los disidentes y testigos de este régimen totalitario vemos que la realidad dista mucho de lo prometido.
También se ha abierto un diálogo sobre la batalla cultural que hay presente en nuestros días y no solo en lo educativo. «El comunismo lo primero que intenta hacer es matar a Dios y luego la familia y expulsar ambos aspectos de la vida de las personas», asevera Pope, «quieren destruir la familia y hacer que el Estado sea quien les de todo», continúa. Pero algo que hay que dejar claro, sobre todo a las nuevas generaciones es que «el Estado puede darte todo, pero también quitártelo todo de una vez», sentencia.
Memoria, voluntad y entendimiento
En el acto de inauguración han intervenido Alfonso Bullón de Mendoza, gran canciller de la ACdP; Elio A. Gallego, director de CEU-CEFAS, y José Luis Orella, director de la Cátedra CEU de Historia, Memoria e Identidad, que han convenido en que es necesario hacer memoria de los crímenes cometidos bajo el comunismo para tener una proyección de presente y de futuro. «Por desgracia, el totalitarismo comunista ha dado una serie de experiencias atroces que deben ser estudiadas de manera académica» para no caer en los mismos errores, ha expresado el profesor Orella quien ha hecho hincapié en los numerosos ponentes que hablaran de sus respectivas realidades en estos regímenes totalitarios.
Por su parte, Elio Gallego ha indicado que «este congreso es para hacer memoria, para entender el pasado y tener voluntad de futuro. Se trata de entender el presente y el comunismo». Por último Alfonso Bullón de Mendoza ha recordado que «por paradójico que resulte y a pesar de su demostrado fracaso, el comunismo sigue teniendo hoy un comunismo difícil de explicar. Por eso hay que explicar lo que es, lo que fue, lo que representa y quién fue Stalin, Mao o el Che». Para finalizar ha rememorado una frase de san Juan Pablo II: «solamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien». Y anima a los presentes a ir de la mano de este congreso «por el camino del Bien, la Verdad y la libertad».